> HISTORIA Y GEOGRAFIA NIVEL MEDIO: caracteristicas

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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos del nivel medio. Aquí encontrarán programas, contenidos y actividades de la asignatura Historia y Geografía. También podrán acceder a distintos recursos, diarios, películas, videos, textos, música y otros que contextualizan los temas desarrollados en clase.

Prof. Federico Cantó

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sábado, 31 de mayo de 2014

REFORMA UNIVERSITARIA 1918


Durante el primer gobierno radical se produjo un movimiento estudiantil que reclamaba la Reforma Universitaria. Este movimiento surgió en Córdoba y se extendió no solo a otras universidades nacionales sino latinoamericanas, reclamaba el gobierno autónomo de las Universidades con la participación de los estudiantes, egresados y profesores; docencia libre, asegurando la existencia de cátedras paralelas a las existentes o nuevas, y asistencia a clase en forma libre, además de reivindicar la unidad latinoamericana y la solidaridad con los obreros. Como consecuencia de este movimiento, en 1918 las universidades reformaron sus estatutos y posibilitaron la puesta en práctica de las medidas solicitadas a excepción de la unidad latinoamericana y obrera, que no dejaron de ser sólo una declaración de deseo.

Las reivindicaciones reformistas bregaban por la renovación de las estructuras y objetivos de las universidades, la implementación de nuevas metodologías de estudio y enseñanza, el razonamiento científico frente al dogmatismo, la libre expresión del pensamiento, el compromiso con la realidad social y la participación del claustro estudiantil en el gobierno universitario.

Las bases programáticas que estableció la Reforma fueron:
Cogobierno estudiantil
Autonomía universitaria
Docencia libre
Libertad de cátedra
Concursos con jurados con participación estudiantil
Investigación como función de la universidad
Extensión universitaria y compromiso con la sociedad

PRESIDENCIAS RADICALES

1916-1930 LA REPUBLICA RADICAL


Los sectores sociales que llegaron al poder con el triunfo del radicalismo eran muy diferentes a la generación del 80. El radicalismo, que en sus comienzos expresaba las aspiraciones de los sectores populares criollos apartados de la vida pública por la oligarquía, había luego acogido también a los hijos de inmigrantes que aspiraban a integrarse en la sociedad, abandonando la posición marginal de sus padres. Así adquiría trascendencia política el fenómeno social del ascenso económico de las familias de origen inmigrante que habían educado a sus hijos.

Las profesiones liberales, el comercio y la producción fueron instrumentos eficaces de ascenso social, y entre los que ascendieron se reclutaron los nuevos dirigentes políticos del radicalismo. Deseaban seguir conquistando prestigio social a través del acceso a los cargos públicos, preocupación que en muchos casos era mayor que la de servir a los intereses colectivos.

Yrigoyen llegó al poder en 1916 como indiscutido jefe de un partido que había intentado repetidas veces acabar con el "régimen" conservador por el camino de la revolución. Yrigoyen representaba "la causa", que entrañaba la misión de purificar la vida argentina. Pero, triunfante en las elecciones, Yrigoyen aceptó la herencia  del conservadorismo: los gobiernos provinciales, el parlamento, la justicia y, sobre todo, la estructura económica en el que basaba la vieja oligarquía. Sin duda, le faltó audacia para emprender una revolución desde la presidencia; pero no es menos cierto que su partido estaba constituido por grupos  marginales que aspiraban más a incorporarse a la situación establecida que a modificarla. Lo cierto es que el cambio político y social que pareció traer consigo el triunfo del radicalismo quedó frustrado por la pasividad del gobierno frente al orden constituido. 

Frente a la dispersión de los grupos conservadores, el Partido Radical tenía una fuerte organización. Se iniciaba en los locales partidarios o comités distribuidos por todos los barrios, a través de los cuales hacían conocer sus propuestas los electores. A su vez, los comités dependían de organismos centralizados que permitían la unidad y la coherencia en la toma de decisiones. Para mantener la solidez del radicalismo, Yrigoyen fomentó el sistema de patronazgo sostenido por los dirigentes locales, llamados “caudillos” o “punteros”, que, a cambio de algunos favores esperaban el agradecimiento en forma de votos. Pese a toda esta organización, en el partido no faltaron problemas: en cada provincia abundaban grupos internos que luchaban por alcanzar el control del aparato partidario. 

Como imitaciones de la gran figura del caudillo nacional, comenzaron a aparecer en diversas provincias caudillos locales populares que dieron a la política un aire nuevo. José Néstor Lencinas en Mendoza o Federico Cantoni en San Juan fueron los ejemplos más señalados, pero no sólo aparecieron en el ámbito provincial, sino que aparecieron también en cada departamento o partido y en cada ciudad. El caudillo era un personaje de nuevo cuño, antiguo y moderno a un tiempo, primitivo o civilizado según su auditorio, demagógico o autoritario según las ocasiones; pero, sobre todo, era el que poseía influencia popular suficiente como para triunfar en las elecciones ejerciendo, como Yrigoyen, una protección paternal sobre sus adictos. 

A diferencia de los políticos conservadores, un poco ensoberbecidos y distantes, el caudillo radical se preocupaba por el mantenimiento permanente de esta relación personal, de la que dependía su fuerza, y recurría al gesto premeditado de regalar su reloj o su propio abrigo cuando, se encontraba con un partidario necesitado, a quien además ofrecía un vaso de vino en cualquier cantina cercana, o se ocupaba de proveer médico y medicinas al correligionario enfermo, a cuya mujer entregaba después de la visita un billete acompañado de un protector abrazo. Y cuando llegaban las campañas electorales, ejercitaba una dialéctica florida llena de halagos para los sentimientos populares y rica en promesas para un futuro que no tardaría en llegar.

Fueron los caudillos o sus protegidos quienes llegaron a las magistraturas y a las bancas parlamentarias en los procesos electorales que siguieron a la elección presidencial de 1916, algunos todavía pertenecientes a familias tradicionales, pero muchos ya nacidos de familias de origen inmigrante. Pero a pesar de eso la estructura económica del país quedó intacta, fundada en el latifundio y en el frigorífico y el gobierno radical se abstuvo de modificar el régimen de la producción y la situación de las clases no poseedoras. 

La política económica radical no fue más que una continuación de lo actuado en el período anterior. La economía siguió basada en la producción primaria  agroexportadora. Empero, los precios del mercado internacional, aunque muy lentamente, comenzaron a bajar desde 1914 y los productos manufacturados que el país importaba empezaron a costar más en relación con el precio de los cereales. Así se fue creando una situación cada vez más difícil que condujo a una crisis general de la economía cuyas manifestaciones se hicieron visibles en 1929, al compás de la crisis mundial.

Una industria relativamente poco desarrollada, que había crecido durante la primera guerra mundial pero que se comprimió luego, una organización fiscal que obtenía casi todos sus recursos a través de los derechos aduaneros, y un presupuesto casi normalmente deficitario caracterizaron en otros aspectos la economía argentina durante la era radical.

Por el contrario, ciertos principios básicos acerca de la soberanía nacional, caídos en desuso, fueron   retomados por el radicalismo. Donde no había situaciones creadas, como en el caso del petróleo, Yrigoyen defendió enérgicamente el patrimonio del país. Durante el primer gobierno de Yrigoyen se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F) para impulsar la explotación del petróleo. Cuando Alvear asumió a la presidencia designó al Coronel Mosconi al frente de Y.P.F, quién logró darle un fuerte impulso con el objeto de lograr el autoabastecimiento y a eliminar la competencia privada.


ACTIVIDAD:
1) Identificá el grupo social, y cuales eran sus objetivos, que impulsa al radicalismo.
2) Describí la figura del "caudillo" y las formas en que se relacionaba con los votantes.
3) Explicá como se desarrolla la política económica de las presidencias radicales.
4) ¿ Cómo describirías la relación del radicalsimo con el movimiento obrero y por qué?

sábado, 24 de mayo de 2014

LA CONFORMACIÓN DE LOS GRUPOS DOMINANTES Y SUBORDINADOS

La formación del Estado Nacional fue un proceso marcado por contrastes, su afianzamiento no fue exclusivamente fruto de la violencia militar. El Estado utilizó distintas estrategias que le permitieron captar el apoyo de grupos dirigentes que controlaban el gobierno a nivel provincial y de sectores urbanos que se vieron favorecidos por la transformación de las capitales provinciales en centros administrativos.
El gobierno central logró cooptar a estos grupos provinciales mediante el otorgamiento de subvenciones a los gobiernos provinciales y la ampliación de la burocracia estatal. Las partidas de dinero que el Estado Nacional otorgaba a los gobiernos provinciales les permitían hacer frente a los gastos administrativos.

En muchos casos estas subvenciones superaban los ingresos que por la vía de los impuestos recaudaban las provincias. Mediante el mecanismo de ampliar las partidas o suspenderlas según los estados provinciales apoyaran las políticas nacionales, el gobierno central logró controlar las alianzas con los grupos dirigentes provinciales.

Por otra parte, el gobierno central, contaba con otra estrategia para lograr el apoyo de importantes sectores de la población. La administración del Estado requería ampliar el empleo público, los puestos de maestros y profesores, de funcionarios públicos, de las fuerzas armadas, policía, del poder judicial fueron ocupados por miembros de la población urbana provincial. Estos funcionarios y empleados públicos sirvieron de base de legitimación de los poderes centrales y provinciales movilizados en las elecciones.

Entre 1862 y 1880, el Estado debió disciplinar a la población rural autóctona para imponer el nuevo “orden”. Para los grupos dirigentes era necesario impulsar un veloz proceso que permitiera imponer los principios liberales a los que asociaban con el concepto de “civilización” y “progreso”. Los políticos e intelectuales liberales consideraban que los indios y los gauchos vivían en un estado de “barbarie”, incapaces de apreciar las ventajas del progreso y la vida social basada en los principios liberales.

El combate a las montoneras y el disciplinamiento de la población rural eran necesarios para imponer un nuevo tipo de relaciones laborales que permitieran aprovechar la escasa mano de obra. Se prohibieron las reuniones de “vagos y malentretenidos” en las pulperías, y se aplicó el criterio de que todo aquel que no estuviera empleado debía enrolarse obligatoriamente en el ejército. Las autoridades exigían la “papeleta de conchabo” que extendían los empleadores rurales a sus peones contratados.  Quienes no poseían una eran enviados a la frontera interior, una extensa línea de fortines con gauchos enrolados a la fuerza que aseguraban la frontera con “el indio”.


Esta situación es narrada en un folleto aparecido en 1872, titulado El gaucho Martín Fierro, escrito por el estanciero, político y poeta, José Hernández. En este relato, además de narrar la vida y las costumbres del gaucho, el propósito del autor  es mostrar los cambios que se estaban produciendo en el mundo rural.

lunes, 31 de marzo de 2014

ESTADOS UNIDOS DÉCADA DE 1920


En los Estados Unidos la guerra fue seguida por un período de gran crecimiento económico y el país desarrolló la “sociedad de consumo”. A partir de 1922 se inició un crecimiento acelerado de la producción industrial capitalista. Los Estados Unidos experimentaron el mayor crecimiento en todo el mundo capitalista: entre 1921 y 1929 lograron duplicar su producción y concentraron el 44% de la producción mundial.
En este país, el crecimiento de la economía capitalista fue impulsado por el avance científico acelerado por la guerra y el desarrollo de nuevas actividades (como la industria eléctrica, la industria automotriz y la del petróleo, la construcción y las industrias químicas) y, además, por la difusión del taylorismo y el fordismo en la organización de la actividad industrial. La radio, el automóvil y el uso del avión en el mercado interno motorizaron la sociedad de consumo.
La producción en serie permitió abaratar los costos de la mano de obra y obtener una mayor productividad (más producción en menor tiempo con igual salario). Entre 1921 y 1929 el parque automotor aumentó el 250 %. La expansión de la industria automotriz favoreció el desarrollo de otras áreas de la economía. La venta masiva de automóviles estimuló la construcción de carreteras —como la que unió Nueva York con Florida— y de viviendas, muchas de ellas utilizadas como casas de veraneo o de descanso, en zonas más alejadas.
Pero sólo estuvieron en condiciones de llevar adelante este nuevo tipo de producción industrial los grupos capitalistas más poderosos. El requerimiento de grandes inversiones de capital inicial acentuó el proceso de concentración de los capitales y la formación de cartels. En tanto que la agricultura atravesaba una profunda crisis. Hacia 1930 unas doscientas empresas controlaban casi la mitad de la riqueza comercial de los Estado Unidos.
La década de 1920 fue conocida en los Estados Unidos como los “años locos”. La expansión económica se manifestó en los salones de fiestas, donde se bailaba el charleston, y los sectores sociales más acomodados ostentaban su nueva riqueza. Por otro lado, los integrantes de un sector de la sociedad norteamericana proclamaban una campaña moralizante, impulsaban restricciones a la inmigración, la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas, la lucha contra concepciones del mundo opuestas a las tradiciones religiosas y contrarias a la igualdad racial.
El notable crecimiento económico hizo pensar a economistas y dirigentes políticos que se había iniciado una nueva era para el capitalismo, sin las bruscas crisis cíclicas, con sus períodos de alzas y bajas. Esta confianza se tradujo en la compra, por parte de un gran número de la población, de acciones de las empresas industriales. Hacia la Bolsa de Valores de Nueva York (Wall Street) —el nuevo centro de la economía mundial— afluían capitales de todo el mundo.
La compra casi desenfrenada de acciones entre 1927 y 1929 creció un 89%. Sin embargo, la producción industrial en esos años sólo había crecido un 13%. Aunque la especulación financiera permitía ganar mucho dinero en poco tiempo, el precio de las acciones estaba muy por encima del crecimiento real de las empresas. Este desfase fue uno de los factores que preanunciaron la crisis.
A comienzos de 1929, el presidente norteamericano Calvin Coolidge se despedía con un discurso ante el Congreso:
“Ninguno de los Congresos de los Estados Unidos que se han reunido hasta ahora lo han hecho con más placenteras perspectivas que las actuales. En los asuntos domésticos hay tranquilidad y satisfacción, pues se ha alcanzado el más alto récord de años de prosperidad. En los asuntos extranjeras hay paz y buena voluntad, que provienen de la mutua comprensión”.

Actividad: El ascenso de Estado Unidos.
Trabajo Práctico Grupal (4 integrantes por grupo)
Consignas:

a) Cada grupo seleccionará e investigará uno de los siguientes temas referidos al ascenso de Estado Unidos como potencia industrial durante la década del ´20.

1) Arquitectura.
2) Música y Danza: Charleston – Jazz.
3) Segregación racial.
4) Ley Seca.
5) La industria automotriz.
6) Industria eléctrica.
7) Industria del petróleo.

b) Cada grupo deberá seleccionar una imagen que considere representativa del tema seleccionado y acompañarla con un cuadro sinóptico donde se expongan las características del tema durante la década de 1920.


c)  Cada grupo utilizará la imagen y el cuadro para presentar el tema en clase.