LA GRAN INMIGRACIÓN
|
En un principio, la población
inmigrante fue esencialmente masculina y adulta; esto responde a las
necesidades del mercado laboral. Recién en las primeras décadas del siglo XX,
la relación entre hombres y mujeres inmigrantes comenzó a emparejarse. Si bien
la población inmigratoria provenía de casi todas las naciones europeas, la gran
mayoría lo hacía de solo dos países de origen: Italia y España. Como era de
esperarse, la distribución geográfica de los extranjeros no fue pareja,
concentrándose la gran mayoría en la región económica más dinámica: la Pampa
húmeda. Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos congregaron el 87% del total de
extranjeros. En las áreas urbanas, y sobre todo en Buenos Aires, la
construcción, los frigoríficos y los medios de transporte proveían fuentes de
trabajo alternativas a las áreas rurales.
EL CONVENTILLO, LA VIVIENDA DEL INMIGRANTE.
Como la producción de cereales y
carnes para el mercado externo era más rentable a través de grandes
latifundios, el acceso de los inmigrantes a la propiedad rural fue muy
limitado. Los grandes terratenientes dividieron sus tierras en parcelas para
ponerlas a producir. De este modo se establecía un contrato de arrendamiento:
cada parcela era entregada a un inmigrante en alquiler para que la trabajara
por un período de tiempo determinado (usualmente eran 2 años). Así, el
inmigrante se convertía en un pequeño productor rural independiente que llevaba
adelante las tareas agrícolas, pero no era propietario de la tierra que
trabajaba. Esta imposibilidad de convertirse en propietario no favoreció en lo
absoluto el establecimiento de población en el área rural.
El crecimiento de la ciudad de
Buenos Aires en este período fue vertiginoso, convirtiéndose en una gran
ciudad. La expansión se produjo del centro hacia la periferia. La vivienda
popular más difundida en el centro d la ciudad era el conventillo. Sus
habitantes eran trabajadores poco calificados, que se desempeñaban en el
puerto, en la construcción, o en fábricas y talleres artesanales. Cada familia
tenía acceso a una habitación propia y debía compartir la cocina y el baño con
otras. Hombres, mujeres, niñas y niños de diferentes edades solían usar las
mismas habitaciones en un clima de hacinamiento y, a veces, de promiscuidad.
Con el correr del tiempo, se
fueron extendiendo los recorridos de los medios de transporte y abaratando el
costo de las tarifas. Así, cada estación de tren generaba un poblado, que más
tarde daba lugar a un barrio. Esto se combinó con otro proceso: la venta de
lotes de tierra en módicas cuotas, dando la posibilidad al inmigrante de
abandonar el conventillo y acceder al terreno para la construcción de la
vivienda propia.
ACTIVIDAD:
1) Utilizá el cuadro para calcular: a) Cantidad total de inmigrantes entre 1880 y 1930 - b) Diferenciá la cantidad de inmigrantes por nacionalidad en dicho período.
2)
Describí las causas que impulsaron la emigración europea.
3)
Identificá las zonas donde se establece la mayor parte de los inmigrantes y
explica los motivos.
4) Elegí un barrio
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, investigá en la web cuáles fueron sus
orígenes y redactá un breve informe de tu investigación.
5) Observá la fotografía de un
conventillo en Buenos Aires un siglo atrás y establecé una comparación con las
viviendas de inmigrantes en la actualidad.
INMIGRACIÓN POR NACIONALIDADES 1857-1956 |