EL MODELO
AGROEXPORTADOR
Esta etapa en la economía de nuestro país tiene un punto de inicio
difícil de definir. Comienza a delinearse a principios del siglo XIX y hacia
1853, con la formación del estado nacional, se acentúan sus características
alcanzando hacia 1880 su consolidación definitiva. Lo que está fuera de dudas
es que su final se produce en 1930 cuando la crisis capitalista desestructura
el sistema económico mundial y las zonas de la periferia comienzan un proceso
de desarrollo.
En este período la producción industrial se generalizó como modo de
producción dominante en Europa y Estado Unidos. Este proceso desbordó los
países que lo impulsaron y se proyectó hacia el resto del mundo. La
concentración y centralización de la producción en estos países los condujo al imperialismo
ante su necesidad de organizar la economía mundial.
Extensos territorios del planeta fueron incorporadas al mercado mundial
como regiones periféricas productoras de materias primas y alimentos; y
consumidoras de las manufacturas europeas de acuerdo a la división
internacional del trabajo. Los países centrales canalizaron hacia las zonas más
aptas para la producción de alimentos excedentes demográficos y de capitales.
En este sentido la expansión imperialista no sólo aseguró el dominio del mundo
a los países capitalistas, sino que evitó su propia destrucción.
La integración del nuevo estado
argentino con los países centrales produjo su inserción en el mercado mundial como
productora de materias primas, induciendo a un rápido crecimiento económico del
país, asociado a las necesidades del mercado británico.
Para realizar su adaptación a
los requerimientos de las naciones industriales recibió grandes contingentes de
inmigrantes y capitales. La inmigración procedente sobre todo de España e
Italia, ante la dificultad para de acceder a la tierra, se instaló en las zonas
portuarias del litoral. Los capitales no se volcaron a la producción directa,
sino a la creación de una infraestructura de transportes (ferrocarriles y
puertos), al control del sistema de comercialización, y al financiamiento del
Estado nacional.
La inversión local se orientó a la producción, facilitada por una
política de entrega de tierras fiscales a manos de grandes terratenientes. De
esta manera la acción de los inversores locales, la de los inversores
extranjeros y el eficaz funcionamiento del Estado, permitieron un rápido
crecimiento de la producción del litoral. El desarrollo de la agricultura y la
aparición de la industria frigorífica marcaron esta etapa.
Como efecto de este crecimiento se produjo un rápido desarrollo urbano
en el litoral, donde se concentraron plantas de producción primaria y se
desarrollaron industrias manufactureras que comenzaron a sustituir algunas
importaciones. Esta expansión económica
se tradujo en un aumento del comercio exterior con saldos favorables para la
Argentina. El control británico de los transportes y la comercialización
externa, y de los préstamos que recibía el Estado, se tradujo en un
estrechamiento de las relaciones financieras y una gran sensibilidad a las
fluctuaciones económicas de la metrópoli.
La región productora del litoral se expandió con el corrimiento de la
frontera indígena hacia el sur de Buenos Aires y la incorporación de Entre Ríos,
Santa Fe y Córdoba. Los desequilibrios
entre el interior y el litoral se acentuaron. Sin embargo, la extensión de la
red ferroviaria acerco los mercados del interior a Buenos Aires.
EL proceso de expansión fue conducido por la oligarquía terrateniente
que consolidó su hegemonía interna y se convirtió en intermediaria entre los estímulos
externos y el sistema nacional, donde
conservó el control del proceso productivo e incorporó a nuevos grupos
sociales, las clases medias al sistema de dominación de la oligarquía.
Durante el período 1852-62 el enfrentamiento entre Buenos Aires y la
Confederación donde parecía que el interior y el litoral porteño podían
disputarle el poder a Buenos Aires, concluye con la victoria de Mitre en Pavón
y la unificación nacional. Las presidencias entre 1862- 1880 consolidaron el
poder del Estado nacional gestando una alianza con las oligarquías provinciales,
en un papel subordinado, que se consolidó a partir de 1880.
En este año se conformó el Partido Autonomista Nacional que canalizó
las tensiones políticas internas de la oligarquía durante veinticinco años. El
Estado actuó como redistribuidor del ingreso nacional en beneficio de los
sectores dominantes pero sin alterar la situación de las provincias. El
desarrollo de la burocracia estatal permitió emplear a los decadentes sectores
dominantes del interior.
La dinámica con que opera el sistema socioeconómico agroexportador
genera un efecto de expulsión de población desde las zonas no privilegiadas. El
singular trazado de las líneas de ferrocarril orientó el flujo migratorio interno
que se sumó al proceso migratorio externo reforzando el esquema de concentración
de población. El período se caracterizó por un acentuado desequilibrio
demográfico manifestado en el crecimiento de los núcleos urbanos de la región
litoral que actuaban como vinculo con el resto del mundo.
Las principales unidades geográficas receptoras de flujos migratorios
internos son las del litoral (Capital Federal, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa
Fe) y Córdoba. Es decir, existe un polo central de atracción que es la región
vinculada a la división internacional del trabajo,(productora de lana, cereales
y carnes) y polos secundarios, que constituyen los núcleos en donde los sectores
dominantes locales han conseguido consolidar alianzas con el poder central para
mantener procesos productivos regionales orientados a abastecer el mercado
interno, Tucumán y Mendoza (azúcar
en la primera, vino en la segunda), el resto de las regiones interiores
quedaron atrasadas y empobrecidas como consecuencia de un proceso de declive
iniciado con el quiebre del mundo colonial y agudizado con la implementación
del modelo agroexportador.
La inmigración masiva duplicó a la población manifestándose un fuerte
predominio de extranjeros. En los centros urbanos del litoral se concentraron
las actividades secundarias y terciarias (manufacturas y servicios) con un
fuerte incremento de la burocracia estatal. En el sector rural la colonización
y el arrendamiento crearon un estrato intermedio entre la polarización
estanciero-patrón. Estos grupos de clase media tenían en común su condición de
marginales en el sistema político. Las tensiones se caracterizaron por el
intento de estos sectores de incorporarse a una sociedad que consideraban
legítima y llena de posibilidades.
Ni la protesta rural ni la protesta urbana se vincularon con el
movimiento político de las clases medias que se expresó en el programa de la
Unión Cívica radical que promovía el sufragio universal y la vigencia de la
constitución. Luego de una obstinada resistencia la oligarquía comprendió el
riesgo que implicaba mantener el control exclusivo del Estado y sancionó, en
1912 la ley de sufragio universal.
El triunfo del radicalismo amplió el sistema del poder incorporando a
vastos sectores a la vida política de acuerdo a las pautas europeas pero no
alteró las bases del poder, respeto los intereses agropecuarios y el modelo
agroexportador. Sólo la crisis de 1930 llevó a la crisis definitiva del sistema
político y del modelo económico.
El rol del Estado fue de suma importancia para el desarrollo de este
modelo. Sus funciones se concentraron en la unificación y organización del
Estado asegurando el orden interno apoyado en la fuerza militar; incorporó
vastas extensiones de tierra que fueron entregadas al sector terrateniente,
canalizó el crédito externo de acuerdo a las necesidades de los grandes
productores agropecuarios y estimuló el proceso exportador ante la necesidad de
recaudar fondos mediante el sistema aduanero.
La política económica fue liberal evitando la interferencia en la
actividad privada. Esta característica del estado impulsó su modernización
promoviendo la educación, la separación de la Iglesia del Estado mediante la
creación del registro civil y una legislación laica.
ACTIVIDADES:
1)
Analizá el siguiente cuadro y respondé: ¿Cómo
evolucionaron los productos agropecuarios durante el M.A.E.?
|
a) ¿En qué sentidos fue creciendo
la red ferroviaria?
b) ¿Qué relación podés encontrar
con el modelo agroexportador?
c) ¿Qué regiones se vieron
favorecidas por la expansión de la red ferroviaria?
d) Según la lectura del texto
¿quiénes eran los dueños de los ferrocarriles?
e) ¿Qué ventajas ofrecía poseer
el control de los ferrocarriles?
f) ¿Por qué se afirma que la red
ferroviaria acentuó las migraciones internas?
|
3) A partir de la lectura de los cuadros
respondé:
a) ¿Qué regiones se vieron
favorecidas por la llegada de inmigrantes?
b) ¿Por qué causa se produjo la
concentraron en estas regiones?
c) ¿Qué factores desequilibraron la
distribución de la población urbana y rural
Distribución geográficas de la
inmigración externa.
Zonas
|
1861-70
|
1891-1900
|
1911-20
|
Capital
|
33
|
34
|
27
|
Litoral
|
62
|
58
|
58
|
Noroeste
|
3
|
3
|
4
|
Nordeste
|
0
|
1
|
2
|
Resto del país
|
2
|
4
|
9
|
|
100 %
|
100%
|
100%
|
Fuente: Cortes
Conde y otros. Inmigración y desarrollo económico. Bs.As. 1961
Población urbana y rural.
Año
|
Urbana
|
Rural
|
1869
|
28,6
|
71,4
|
1895
|
37,4
|
62,6
|
1914
|
52,7
|
47,3
|
Fuente: Censos
nacionales de 1869, 1895 y 1914.
Analiza el texto
y respondé las siguientes consignas:
- Definí el concepto de Modelo Agro-exportador
- ¿Qué motivos impulsan el desarrollo del Modelo
Agro-Exportador en la Argentina?
- ¿Cómo se conforma el grupo dominante durante esta etapa?
- ¿Qué características tiene el Estado durante este período?
- ¿Por qué motivo el M.A.E llegó a su fin?