1. LA INTEGRACIÓN DEL TERRITORIO.
El proceso de centralización de la autoridad estatal
fue la delimitación y control de las fronteras del territorio nacional. A
medida que el Estado Nacional se consolidaba con nuevas instituciones y nuevos
recursos estaba en mejores condiciones para afianzar su soberanía sobre
regiones más alejadas, estas nuevas tierras que rápidamente eran puestas en
producción, aportaban nuevas fuentes de ingresos para el Estado Nacional.
Durante la presidencia de
Avellaneda, se extendió la frontera sur ante el reclamo de los terratenientes
bonaerenses por la inseguridad que representaban las poblaciones aborígenes y
la necesidad de expandir las tierras de cultivo. El avance de la línea de
frontera se desarrolló en dos etapas: En la primera, hasta 1877, se avanzó
según el plan diseñado por Adolfo Alsina, ministro de Guerra. El plan
consistió en la construcción de una
línea de fortines unidos entre si por una gran zanja que separaba la frontera
con los indígenas. Este plan tenía como objetivo asegurar los territorios
“ganados” a los indios. Su función era defensiva y buscaba evitar los arreos de
ganado de los “malones”.
Después de 1877, el general
Julio A. Roca, sucedió como ministro de Guerra a Alsina y ejecutó un nuevo
criterio que consistió en emprender una
campaña mucho más agresiva, “La campaña del desierto”. Propuso enfrentar a los
indígenas directamente, con toda la fuerza militar disponible y obligarlos a
retirarse al sur del río Negro. Hacia 1881, el objetivo se había cumplido con
el sometimiento de 14.000 indígenas y la incorporación de 15.000 leguas de
tierra al territorio nacional.
LA CAMPAÑA DEL CHACO: En 1879 la región
chaqueña seguía siendo dominio indiscutido de los indios, que desde sus bosques
realizaron incursiones a las fronteras de Córdoba y Santiago del Estero. La
campaña que había preparado Roca, con los máximos recursos del país, no le
permitió realizar operaciones de importancia en aquel frente. Entonces, los
colonos de Santa Fe reunieron por su cuenta voluntarios al mando de Benjamín
Moore y obligaron a los indios a mantenerse lejos de la frontera en sus
tolderías.
Desde Reconquista, en agosto
de 1879, partió una expedición de 130 hombres mandados por el coronel Manuel
Obligado, quien marchó once días y llegó a Los Pozos. Allí descubrió una
rastrillada de indios que arreaban ganado mayor, supuso que se trataba de la
tribu de Juan José Rojas y torció la expedición al norte para ir en su busca.
Se enteró de la presencia de Rojas en Las Chuñas y marchó
hacia allí, pero los perros denunciaron los preparativos del ataque y los
indios emprendieron la fuga.
El coronel Obligado les cortó
la retirada y los obligó a combatir. El 13 de setiembre, en media hora de
lucha, murieron 32 indios y se hicieron 79 prisioneros; los demás integrantes
de la toldería, incluso los heridos, y los de otras tribus vecinas se
internaron en el monte.
Después de algunos encuentros
el 3 de octubre la columna acampó cerca del ?aran~ y regresó a Reconquista el
12, después de haber recorrido más de 750 Km. del Chaco santafecino y comprobar
que las cañadas del Sauce eran un punto de partida para operaciones hacia el
centro del Chaco Austral. La expedición dejó en pie y sin escarmentar a tribus
con sus caciques como los hermanos Rojas, Petizo, Cambá, Rico,
Inglés y otros, que estaban en condiciones de emprender nuevos ataques
contra Resistencia, Ocampo y otras colonias.
A pedido de la provincia de
Corrientes, a la cual le interesaba un camino que la vinculase al noroeste del
país y a Bolivia, el gobierno nacional dispuso una expedición con ese fin.
Desde 1 870 no se había hecho nada en la frontera norte para conquistar
territorios en poder de los indios, al norte del río Salado y su prolongación
desde Santiago del Estero a la costa del Paraná.
En 1880 se le encomendó al
mayor Luis Fontana una expedición que partió de Resistencia con destino a
Salta. La columna estaba formada por unos 60 hombres, de los cuales 29 eran
zapadores armados, con 80 caballos, 20 mulas aparejadas y un carro con víveres
secos y algunos bueyes de consumo. El 4 de febrero partió, y su marcha se
prolongó durante 1 03 días, dejando abierta una picada de 520 Km. que vinculaba
Resistencia con Colonia Rivadavia en el Bermejo Medio.
A 60 Km. al noroeste de la
confluencia de los ríos Teuco y Bermejo, se produjo el único
encuentro con los indios, en La Cangallé, llamada después Arias. Los
expedicionarios, con sus armas de fuego y su disciplina, vencieron a los
indios. Durante el encuentro el mayor Fontana fue herido y llegó al Fuerte
Gorriti sin cabalgadura y el 5 de agosto fue auxiliado por el jefe de la
frontera de Salta y pudo así llegar a Colonia Rivadavia.
Roca no estaba satisfecho con
los avances obtenidos y cuando asumió la presidencia en 1 880, emprendió nuevas
operaciones contra los indios. A tal efecto, el ministro de Guerra,
general Benjamin Victorica, encomendó al comandante de la línea de
río Negro, Villegas, una expedición sobre el territorio de Neuquén, donde
tenían su refugio las tribus que se mantenían hostiles. Villegas limpió la
región, y el 10 de abril de 1881 sus tres brigadas se reunieron en las
nacientes del río Limay, a orillas del lago Nahuel Huapí. Las depredaciones de
los indios no terminan, y en junio del mismo año alrededor de 200 araucanos
invaden audazmente la provincia de Buenos Aires, por la zona de Puán.
Muchos pequeños caciques se resistían a llevar una vida pacífica en las
reducciones y ofrecían una tenaz resistencia. Otros eludieron la persecución
del ejército y buscaron refugio en Chile.
Villegas tuvo que replegar sus
tropas hasta sus antiguas guarniciones, pues carecían de equipos adecuados para
enfrentar el invierno al pie de la zona de la Cordillera. Los indios
recuperaron sus esperanzas de éxito ante el repliegue del ejército. A su vez.
Villegas comprob6 en su expedición a Nahuel Huapi, que era necesario dominar
¡as entradas de los pasos cordilleranos, pues, en caso contrario, los indios
podrían repetir desde Chile sus invasiones.
En la primavera de 1882 el
ejército inició un movimiento de avance hasta la misma cordillera. Para el
otoño de 1 883 las tropas de Villegas habían batido minuciosamente todo el
territorio cordillerano hasta el límite con Chile. Esta campaña, llevada con
tanto éxito, aseguró la frontera meridional en forma definitiva. Esta
expedición también dio como resultado la imposibilidad de toda acción en esa
zona, razón por la cual el cacique Namuncurá se sometió con toda su tribu el 24
de marzo de 1G84 a Villegas.
En la Patagonia se desarrolló
la etapa final de la lucha contra el indio; allí vagaban los restos de las
tribus rebeldes bajo el mando del cacique Sayhueque. El gobernador
de la Patagonia y jefe de su guarnición, general Lorenzo Winter,
emprendió una campaña que se desarrolló entre 1 883 y 1885, para terminar con
ellos. En el transcurso de las operaciones se entregó prisionero el poderoso
cacique Sayhueque con las indiadas de los caciques lnakayal
y Foguel. Esta campaña dio término a la lucha de fronteras.