EL PERONISMO
Y UNA NUEVA CONCEPCIÓN DE LA CIUDADANÍA
El
atractivo político fundamental del peronismo reside en su capacidad para
redefinir la noción de ciudadanía dentro de un contexto más amplio,
esencialmente social. La cuestión de la ciudadanía en sí misma, y la del acceso
a la plenitud de los derechos políticos, fue un aspecto poderoso del discurso
peronista, donde formó parte de un lenguaje de protesta, de gran resonancia
popular, frente a la exclusión política. Algo del poder de esos componentes del
lenguaje político peronista se originó en que ya formaban parte del lenguaje
tradicional de la política democrática, que demandaba igualdad de acceso a los
derechos políticos. Esa tradición ya se había encarnado principalmente en la
Unión Cívica Radical y su líder Hipólito Yrigoyen.
Antes
de 1930, el partido radical había movilizado a las clases medias urbanas y
rurales, así como a una porción no pequeña de las clases humildes urbanas, con
una retórica y con un lenguaje tradicional acerca de la ciudadanía y los derechos
y obligaciones de carácter político. […]. El éxito de Perón con los
trabajadores se explicó, más bien, por su capacidad de refundir el problema
total de la ciudadanía en un molde nuevo, de carácter social.
El
discurso peronista negó la validez de la separación, formulada por el
liberalismo, entre el Estado y la política por un lado y la sociedad civil por
el otro. La ciudadanía ya no debía ser definida más dentro de la sociedad
política, sino redefinida en función de la esfera económica y social de la
sociedad civil. En los términos de su retórica, luchar por los derechos en el
orden de la política implicaba inevitablemente el cambio social. Más aún, al
subrayar constantemente la dimensión social de la ciudadanía, Perón, desafiaba
en forma explícita la validez del concepto de democracia que la limitaba al
goce de derechos políticos formales, y a la vez ampliaba ese concepto hasta
hacerlo incluir en la participación de la vida social y económica de la nación.
En
parte esto se reflejó en la reclamación de una democracia que incluyera
derechos y reformas sociales, así como en una actitud que trataba con
escepticismo las demandas políticas formuladas por el liberalismo formal. Esto
se tornó del todo patente en la campaña electoral de 1946. El llamamiento político
de la Unión Democrática se expresó poco menos que totalmente en el lenguaje de
las consignas democrático liberales. En
los discursos y manifiestos políticos no hubo virtualmente mención alguna al
tema social. En cambio, se encuentra un discurso político totalmente
estructurado en términos de libertad, democracia, la Constitución, elecciones
libres, libertad de palabra y demás.
James,
Daniel. Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora
argentina
1946-1976. Buenos Aires, Sudamericana, 1990, pp. 27-30.
Actividad:
a)
Compará y establecé las diferencias entre el concepto de ciudadanía liberal y
el concepto de ciudadanía del peronismo.