El Congreso de Viena y la Santa
Alianza.
Tras la caída de Napoleón Bonaparte en 1815, los
antiguos monarcas o sus sucesores directos volvieron a ocupar los tronos de
Europa. Desde allí quisieron borrar las huellas de la Revolución Francesa y del
Imperio, restaurando el orden tal como era antes de 1789. Este período es
conocido con el nombre de la Restauración.
Los vencedores impulsaron un reordenamiento general
de los regímenes políticos y de las fronteras europeas. Para llevar a cabo esta
complicada tarea, los más hábiles diplomáticos de la época, bajo el liderazgo
del canciller austríaco von Mettermich se reunieron en Viena. Los principales
objetivos del Congreso que se realizó en esta ciudad fueron restablecer el
principio de legitimidad (es decir, reinstalar en el poder a las antiguas
dinastías reinantes – consideradas legítimas- que habían sido destronadas por
los ejércitos de Napoleón) y asegurar el mantenimiento de la paz dentro del
nuevo equilibrio territorial, evitando el predominio de un Estado sobre los
otros.
Para garantizar la perduración del orden restaurado
y la ayuda mutua entre los monarcas se creó la Santa Alianza, formada por
Rusia, Prusia y Austria – luego se le sumó Francia-. Estos países, defensores
de los regímenes absolutistas de origen divino, se comprometieron a intervenir
en los países donde se desatara un movimiento revolucionario.
Aunque con las medidas adoptadas los diplomáticos
reunidos en Viena confiaban en haber terminado para siempre con el ímpetu
revolucionario, los cambios sociales, jurídicos y políticos nacidos de la
revolución eran sólidos y profundos.
El liberalismo y el nacionalismo, dos herederos de
la revolución, cuestionaron los principios básicos de la Restauración: tanto la
legitimidad de las monarquías absolutas como la arbitrariedad del nuevo
equilibrio, construido a espaldas de los ciudadanos. Por eso, el nuevo orden
resultó conflictivo y débil, durante las décadas siguientes una oleada de
revoluciones sacudió sus cimientos.
En España, en 1815 la corona pasó a Fernando VII,
el hijo de Carlos IV, que había sido depuesto por Napoleón. Francia perdió los
territorios conquistados en la guerra y sus fronteras volvieron a ser como en
1789, además se restauró la monarquía, que recayó en Luis XVII.
Los intentos por restaurar el viejo orden chocaron
con los cambios que había impulsado la Revolución Francesa y la
industrialización. Estos choques se transformaron en estallidos revolucionarios
que recorrieron Europa en 1820, 1830 y 1848.
Actividad: El Congreso de Viena.
1. Describí los objetivos del Congreso de Viena y la Santa Alianza.
2. Definí el concepto de Restauración.