EL PRIMER GOBIERNO DE PERÓN (1946-1952)
Primer Plan Quinquenal: un nuevo
modelo económico.
El modelo económico iniciado en 1.946
intentó dar respuesta a las demandas de los sectores que integraban el bloque
social peronista: los trabajadores y sectores de pequeños y medianos
empresarios.
El Primer Plan Quinquenal (1947-1951) era un
programa con el que el Estado planificaba la economía, fijando los objetivos
generales que se deseaban lograr al cabo de cinco años. Buscó aprovechar la crisis de posguerra: gran
disponibilidad de divisas y altos precios de las materias primas en el mercado
mundial. Se comienza con la nacionalización de los Servicios Públicos (gas,
telefonía, flota mercante, etc.), destacándose la readquisición de los FFCC
(resultaban poco redituables para Inglaterra y se aceptaron como cancelación de
deudas por exportaciones que había contraído Gran Bretaña durante la Guerra
Munidal.
La planificación económica del
Estado procuró una mayor justicia social, a partir de mejorar las condiciones
de vida de los trabajadores y alentar el desarrollo industrial reclamado por
los empresarios. Este modelo industrialista se basó en el aumento del consumo interno,
incentivado por las mejoras salariales otorgadas. En un discurso
pronunciado en octubre de 1946 Perón presentó el Primer Plan Quinquenal y
explicó los lineamientos principales de la política económica de su gobierno:
“Para aumentar nuestras conquistas sociales necesitamos
aumentar la riqueza y aumentar el trabajo. Nuestro plan considera, en esta
etapa, multiplicar nuestra riqueza y repartirla convenientemente; y con ello,
las nuevas conquistas sociales han de salir de nuestro propio trabajo, sin perjudicar a nadie. A ello tiende nuestro plan
quinquenal. Debemos producir el doble; multiplicarlo por cuatro mediante una
buena industrialización, distribuir equitativamente la
riqueza y aumentar el estándar de vida de nuestras poblaciones hambrientas, que
son la mitad del país; cerrar ese ciclo con una conveniente
distribución y comercialización de esa
riqueza. Y cuando
este ciclo se haya cerrado, no tendremos necesidad de mendigar mercados extranjeros porque tendremos el mercado dentro del país, y habremos solucionado con ello una de las cuestiones más importantes:
la estabilidad social.”
Un año después,
el 9 de julio de 1947, el gobierno peronista
declaró, en Tucumán, la independencia económica. Ésta, junto a la justicia
social y la soberanía política se convertirían en las tres banderas históricas del peronismo.
Industrialización,
nacionalizaciones y política agraria
En la Argentina, a diferencia de
lo ocurrido en algunos países europeos, no hubo una burguesía industrial
poderosa, capaz de liderar un proceso de industrialización. Fue el Estado el
responsable de producir la modificación de la estructura productiva, impulsando
un rápido crecimiento industrial y nacionalizando importantes sectores de la
economía. Entre 1946 y 1950 el Estado fue asumiendo un rol de empresario,
haciéndose cargo de diversas tareas que anteriormente correspondían a
iniciativas del sector privado. En 1946 se nacionalizaron el Banco Central y
los depósitos bancarios, permitiéndole al Estado controlar la política
financiera del país y orientarla a través del otorgamiento de créditos hacia
una política de incentivo de la actividad industrial.
En su primer año de gobierno, el
peronismo creó el IAPI —Instituto Argentino para la Promoción del
Intercambio—. Este organismo ejerció un
rol monopólico en la comercialización de productos agrícolas, principalmente trigo, comprando en el
mercado interno y vendiendo en el internacional. De este modo el Estado
pasó a controlar el manejo del comercio exterior.
El IAPI era quien fijaba los
precios de las exportaciones agrícola- ganaderas,
regulaba las importaciones y resguardaba la producción nacional. Con el
funcionamiento de este organismo como agente de comercialización, el Estado
obtuvo un importante caudal de recursos, que derivó en parte hacia la actividad
industrial, y en parte hacia la inversión social. Esta transferencia de
ingresos del sector agrario al industrial provocó una fuerte oposición de los
sectores terratenientes y de las empresas privadas vinculadas al comercio
exterior, como Bunge y Born y Dreyfus.
De este modo, protegida por la
política económica, la actividad industrial —particularmente las pequeñas y
medianas empresas productoras de bienes de consumo e intermedios de capital
nacional—creció a un ritmo sostenido a
lo largo de toda la década del ’40. El número de establecimientos pasó de
846.111 a 1.169.000.
Política Social
La ampliación de derechos sociales a los trabajadores
fue uno de los aspectos más sobresalientes del peronismo. Estuvo
acompañado por medidas que buscaron a una mayor centralización y control por
parte del Estado. Las políticas sociales del peronismo, se concentraron en
satisfacer las demandas de los grupos sindicalizados.
Su esposa, Eva Duarte, Primera Dama argentina;
actriz e hija ilegítima, fue el blanco de burla y desprecio de la Oligarquía.
"Evita" se convirtió en el puente entre Perón y los
sectores populares no sindicalizados, fue el símbolo del Estado de
bienestar.
En 1950 se crea la Fundación Eva Perón, cuya
finalidad era obtener una base de apoyo más amplia mediante la incorporación al
sistema de sectores sociales que no estaban sindicalizados. Así, esta
institución, a través de la “ayuda social”, funcionó como el nexo que permitía
la incorporación de los elementos considerados más débiles de la sociedad.
El peronismo, desde sus orígenes, impulsó la
movilización de las mujeres. El sufragio femenino, otorgado en 1947, consolidó
su inclusión en las políticas del Estado. La participación política de las
mujeres es legitimada del mismo modo que su ingreso al mundo del trabajo vía la
defensa del hogar y de sus hijos. La igualdad política de hombres y mujeres, se
complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad
compartida que garantizó el artículo 37 de la Constitución de 1949. El texto
fue directamente escrito por Eva Perón. La muerte de Evita,
víctima del cáncer, en 1952 fue un duro golpe para el Peronismo.
En 1949 se crea el Ministerio de Salud para llevar
a cabo un programa sanitarista con el objetivo de crear de un sistema unificado
de salud preventivo, curativo y de asistencia social de carácter
universal. Se hicieron campañas para combatir enfermedades endémicas como
el paludismo, la tuberculosis y la sífilis. La política sanitaria
se extendió a las escuelas al hacer obligatoria la vacunación
de los estudiantes.
En el plano educativo, su meta fue educar a las
clases obreras para transformarlas en mano de obra calificada; abre escuelas
técnicas en todo el país (CONE) y funda la Universidad Tecnológica (nocturna,
para que resultara accesible a los trabajadores). Por otro lado, no todas sus
acciones fueron tan benévolas. Abolió la autonomía de las Universidades
Nacionales decretando nuevos formas de elección de regentes y llevando a cabo
un “vaciamiento” de las aulas (persecución de alumnos mediante organizaciones peronistas
internas y cesanteos o renuncias de docentes con ideas antiperonistas).
Su accionar le valió un gran número de simpatizantes, así como también un
gran número de opositores; la sociedad se dividía entre peronistas y
antiperonistas.
Prácticas Políticas
La llegada del peronismo al gobierno significó el advenimiento
de nuevos sectores sociales a la escena política. Las masas obreras se incorporaron
plenamente a la vida política, porque al ejercicio del sufragio le agregaron otras
formas de participación: por medio de sus organizaciones se convirtieron en un factor
que influyó sobre las decisiones del gobierno. Además, el movimiento obrero obtuvo
un conjunto de derechos sociales que no sólo mejoraron sus condiciones de vida sino
que también le permitieron obtener su dignificación como trabajadores.
También pudieron participar por primera vez en la política
nacional las mujeres El sistema político argentino de los años ‘40 adquirió los
rasgos propios de una sociedad de masas. La participación política abarcó integralmente
a todos los sectores de la sociedad y se realizó no sólo a través del voto popular
sino también del desarrollo de organizaciones intermedias como los sindicatos, las
unidades básicas y diversas asociaciones barriales y entidades vecinales. También
las concentraciones públicas —las más importantes se realizaron en la Plaza de Mayo—
se constituyeron en una nueva y frecuente forma de participación política directa
de los sectores populares.
Las concentraciones populares en Plaza de Mayo, acompañadas
por los discursos de Perón desde los balcones de la Casa de Gobierno, fueron acontecimientos
políticos habituales durante los dos gobiernos peronistas. En estos actos, siempre
fue destacada la presencia de los sindicatos encabezados por la Confederación General
del Trabajo. Una de las clásicas celebraciones
peronistas eran las del 1° de mayo, el Día de los Trabajadores. La otra fecha en
la que se realizaban concentraciones masivas de apoyo al gobierno era el 1 7 de
octubre, consagrado por el Estado como el Día de la Lealtad.
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