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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos del nivel medio. Aquí encontrarán programas, contenidos y actividades de la asignatura Historia y Geografía. También podrán acceder a distintos recursos, diarios, películas, videos, textos, música y otros que contextualizan los temas desarrollados en clase.

Prof. Federico Cantó

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miércoles, 20 de junio de 2018

POLITICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Política y medios de comunicación.

Los medios de comunicación como espejos de la política argentina.
Autor: Lucía Vincent. Disponible en: noticias.unsam.edu.ar/wp-content/uploads/2016/12/VINCENT.pdf

Todo lo que nosotros sabemos y dejamos de saber sobre los últimos cien años de política argentina está mediado. Lo aprendimos en los textos escolares, lo escuchamos en la mesa familiar, lo leímos en los libros de historia, lo discutimos con compañeros de la facultad, lo vibramos con la literatura. Aún lo que vivimos en carne propia está mediado por nuestra memoria... De todas las mediaciones, hay una que es inexorable: la que realizan los medios de comunicación.

Nuestro imaginario está atravesado por ese gran espejo de la política argentina que son los medios. Pero, claro está, así como los mapas no reproducen de manera perfecta al territorio al que representan, los medios son también espejos particulares: a veces cóncavos, otras convexos, empañados, de colores, de aumento, de bolsillo. Y a veces, se rompen y traen siete años de mala suerte.

Los medios de comunicación en la Argentina han sido actores políticos determinantes que al mismo tiempo fueron funcionales, respondieron y propiciaron cada etapa política. La principal característica ha sido la no institucionalización de reglas claras en el vínculo entre el sistema de medios y el poder político. El comienzo de los primeros ensayos democráticos hace cien años se corresponde con el nacimiento del periodismo industrial desde las redacciones de los numerosos diarios que acompañaron ese tiempo histórico.

Durante el siglo XX, surgieron la radio y la televisión que se sumaron a las lógicas poco transparentes de relación con el poder político. Cien años después, asistimos a la muerte del periodismo industrial por la propagación de los medios digitales. Si no hubo institucionalización hasta ahora, es poco probable que pueda surgir en este nuevo tiempo de medios omnipresentes e inasibles donde impera la "posverdad".

La prensa cumplió el rol, durante todo el siglo XIX, de portavoz de las distintas facciones en conflicto. Se trataba de diarios que estaban dirigidos a grupos muy reducidos de lectores en una sociedad mayormente analfabeta. A fines del siglo XIX y junto con la expansión de la educación y la llegada de oleadas de inmigrantes, comenzó a extenderse una prensa cada vez más masiva: era el tiempo del desarrollo del periodismo industrial.

Para 1916, se había consolidado una prensa ejercida por asalariados de clase media que poblaban las redacciones de los diarios con prácticas profesionales que seguían un ritual que incluía el de la objetividad periodística. Esta tendencia no implicó, sin embargo, la ausencia de compromisos políticos y económicos a favor o en contra de los gobiernos de la época, una característica que signaría a la prensa argentina en particular y a la latinoamericana en general, en contraposición al modelo de prensa independiente del poder político propio de los países anglosajones.

Esta herencia de periodismo partidario quedaría impregnada en la relación entre el poder político y el poder mediático hasta nuestros días. Ya entrado el siglo XX, las dificultades para consolidar un régimen democrático en el país condicionó el desarrollo del sistema de medios, que ya por esos años incluía a la radio y al cine. Los medios derivaron a una lógica del mercado con principios comerciales como los ejes estructurantes de todo el sistema y con vínculos más o menos oscuros con el poder político de turno. La característica central del sistema de medios en Argentina, en oposición a otras regiones del mundo, fue la carencia de regulaciones y de normas claras en la relación entre el poder político y los medios, con un predominio de políticas de comunicación definidas a través de acuerdos por lo general no explícitos entre los gobiernos y los medios de comunicación.

Además, los medios públicos se caracterizaron por ser dependientes de los gobiernos, en lugar de ser medios del Estado con vocación por el interés público. Los tiempos de autoritarismo fueron, sin lugar a dudas, los más condicionantes para el sistema de medios, que se desplegaron tanto como instigadores de los golpes de estado y difusores de la propaganda del poder político de turno hasta como víctimas de la censura, del asesinato de periodistas y de la clausura de medios.
Sin embargo, los periodos democráticos tampoco implicaron aguas tranquilas. Tal vez uno de los periodos más emblemáticos en la relación entre los medios y el poder político haya sido durante las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón, quien comprendió el lugar privilegiado de los medios en la construcción de imaginarios colectivos favorables a su proyecto político: utilizó a la radio y al cine como sus grandes aliados y le dio impulso al nacimiento de la televisión, el medio estrella que signaría el curso de la historia. La información estuvo fuertemente controlada y centralizada, existía un plan de propaganda y un andamiaje de medios propios o cooptados que servían de sustento mediático al gobierno, además de la aplicación de la censura y las expropiaciones a los medios enemigos.

Ya en el último periodo de consolidación democrática posterior a la dictadura militar, la relación entre los gobiernos y los medios también estuvo plagada de tensiones. A partir de 1983, las prácticas del gobierno de Raúl Alfonsín con respecto a los medios eran en general democratizadoras y en favor del pluralismo, aunque el gobierno no logró llevar adelante el proyecto de ley de radiodifusión que se discutió por esos años. Si bien se institucionalizaron ciertas prácticas de vínculo entre los medios y el gobierno (como que el presidente concedía entrevistas a periodistas en general, ofrecía algunas conferencias de prensa, el vocero de la presidencia tenía un contacto habitual con los periodistas y los funcionarios del gobierno se comunicaban con los medios, sin que existiera una fuerte centralización de la información), lo cierto es que el sistema de medios heredado no se modificó para adaptarse a la era democrática.

Los actos públicos con una intensa participación popular se mantuvieron durante todo el gobierno de Alfonsín, pero la televisión comenzó a tener cada vez más peso relativo en la vida política. Hacia el final de su gobierno, al disminuir la participación, los medios, y sobre todo la televisión, dejaron de ser meros intermediarios para convertirse en verdaderos actores políticos con peso propio. Con la pretensión de convertirse en un eslabón imprescindible dentro del sistema republicano, los medios ya no sólo serán necesarios para los políticos durante las campañas electorales, sino que se convertirán en el escenario privilegiado y en verdaderos protagonistas del acontecer político.

El gobierno de Carlos Menem durante la década del ’90 significó que los medios de comunicación, sobre todo la televisión, adquirieran un protagonismo central en la vida política argentina, con un presidente que se adaptó a la lógica audiovisual y que utilizó a los medios como su forma privilegiada de contacto con la ciudadanía. Este gobierno se caracterizó por políticas de radiodifusión que tendieron a la privatización de medios y la consolidación de un sistema de medios concentrado e hipercomercial. Sin embargo, las políticas de radiodifusión fuertemente privatistas no le aseguraron al gobierno de Menem aliados mediáticos durante todo el periodo, sino que agigantaron el poder de esos medios concentrados.

Durante los años del menemismo, los medios ventilaron numerosos escándalos de corrupción, que monopolizaron las publicaciones de los diarios y los programas de televisión. Por primera vez, se desplegaba cierto periodismo de investigación, que nunca terminó de afianzarse. Al finalizar el gobierno, la televisión acentuaba el desprestigio de Menem al igual que el de las instituciones políticas en general, mientras que los medios acumulaban cada vez más poder y prestigio entre la opinión pública.

Su sucesor, Fernando De la Rúa, fue un presidente que buscó adaptarse a las lógicas impuestas por los medios, pero a quien las estrategias del marketing no le alcanzaron para suplir las limitaciones de su liderazgo y de su gobierno. Tuvo la intención inicial de modificar la ley de radiodifusión que seguía vigente desde la dictadura, además de darles más peso a los medios públicos para que pudieran competir en mejores condiciones con los nuevos multimedios que habían surgido durante el menemismo. Sin embargo, este proyecto nunca llegó a concretarse. La caída del gobierno de la Alianza fue, de alguna manera, potenciada por los medios, que se convirtieron en el lugar privilegiado para la crítica y la denuncia de las fallas del gobierno. De la Rúa terminó huyendo en helicóptero frente a las cámaras de televisión, en medio de una profunda crisis de representación que afectó a todas las instituciones políticas, incluidos los propios medios. El gobierno posterior a esta crisis, el de Eduardo Duhalde, implicó la mayor alianza entre el poder político y el poder mediático, con medidas por parte del gobierno que beneficiaron a los medios endeudados, que por su parte se contuvieron en sus noticias para no perjudicar al presidente.

El periodo de Néstor y Cristina Kirchner se caracterizó, entre otros elementos, por generar el mayor conflicto entre un gobierno y los medios desde el retorno de la democracia. La política de Kirchner en relación con los medios a partir de 2003 se basó en un discurso de confrontación y de denuncia sobre su rol dentro de la sociedad. Con reminiscencias del primer peronismo, el presidente pretendió quitarle a los medios el lugar simbólico de mediadores privilegiados entre el poder político y la opinión pública, buscó deslegitimarlos en su papel republicano de “cuarto poder” encargado de fiscalizar las acciones del gobierno y desacreditó a aquellos medios o periodistas que se autodefinían como prensa independiente, para devolverles el lugar histórico reservado a la prensa partidaria.

Kirchner atacó a los medios que consideró opositores de manera explícita y pretendió contar con la iniciativa a la hora de fijar la agenda de temas de interés público, controlando la información que brindaba el gobierno y los tiempos de difusión. Sin embargo, en lo que refiere a políticas de comunicación que implicaran un cambio en comparación con lo heredado de las administraciones anteriores, el gobierno de Kirchner mantuvo la discrecionalidad en el manejo de la radiodifusión y benefició con sus medidas a los grandes medios. No implicó entonces una institucionalización de las prácticas de comunicación del gobierno, un fortalecimiento de las mediaciones políticas como los partidos políticos, una democratización del sistema de medios ni una mayor participación ciudadana basada en una comunicación transparente y plural entre las instituciones políticas y la sociedad.

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner heredó de su antecesor una situación conflictiva entre el gobierno y los medios de comunicación que, lejos de apaciguarse, se vio profundizada durante su mandato. La disputa por la mediación entre el gobierno y los medios opositores se convirtió en el epicentro de toda la política argentina con la aprobación, en 2009, de la nueva ley de servicios audiovisuales, que lejos estuvo de calmar las aguas.

Mauricio Macri llegó a la presidencia el 10 de diciembre de 2015 con la promesa de un "cambio" con respecto al periodo anterior. Tanto la campaña electoral como los primeros tiempos del nuevo gobierno pretendieron una "vuelta a la normalidad" luego de los niveles de confrontación durante el kirchnerismo. Con relación a los medios de comunicación, esta recomposición del vínculo entre los medios y el poder político se da en un nuevo contexto de fuerte expansión de los medios digitales y su impacto en las formas de hacer periodismo.

El nuevo reinado de los medios digitales generó una serie de consecuencias en el mundo de la comunicación masiva, que aún se encuentra en pleno proceso de transformación. Los medios de comunicación se basaron históricamente en el flujo unidireccional de la información, sin embargo, con la irrupción de los medios digitales, los medios tradicionales comenzaron a perder el monopolio en la intermediación masiva: se pierde la asimetría entre productores y consumidores de la información y, potencialmente, cualquiera con acceso a Internet es capaz de generar contenidos e impactar en la opinión pública.

La imagen de la tradicional redacción de un diario donde se conglomeraban quienes ejercían el oficio del periodismo se ve desdibujada junto con los principios que regían esas prácticas. Surgen nuevos conceptos, como el de la "posverdad", que aluden a que todo vale en la política de estos tiempos, incluso la lejanía con la realidad. Mientras tanto, el nuevo gobierno hace alarde de conocer y utilizar en su favor estas nuevas dinámicas, con un equipo de comunicación más especializado en el uso de Facebook que en establecer dinámicas tradicionales de vínculo con los medios tradicionales.

A cien años de los primeros intentos democráticos en Argentina, el espejo siempre distorsionado que son los medios de comunicación devuelven una imagen de fuerte expansión de los nuevos medios digitales, sin que el periodo anterior haya implicado una consolidación del juego entre el poder mediático y el poder político con reglas claras y transparentes. Fueron entonces cien años que vieron el nacimiento y la muerte del periodismo industrial, mientras que la etapa que se abre deja más preguntas que respuestas sobre el rol inasible de medios omnipresentes y con parámetros novedosos y desafiantes.

Actividad:
Modalidad: Trabajo grupal hasta 5 integrantes.

a)     Organicen en una línea de tiempo la evolución de la relación entre política y medios de comunicación de acuerdo a lo propuesto por la autora.
b)     Seleccionen un período e investiguen cuales eran los medios de comunicación mas importantes del período.
c)     Seleccionen una tapa de diario correspondiente al período y analicen su contenido. Pueden encontrar algunas tapas en el siguiente enlace: http://diarioshistoricos.blogspot.com.ar/
d)     Elaboren una conclusión a partir de lo trabajado en el texto vinculándolo con la información de la portada del diario.
e)     El trabajo será expuesto de manera oral a la clase.

Pautas para la evaluación:
·       Presentación de la línea de tiempo.
·       Presentación de imágenes de la portada seleccionada.
·       Pertinencia de la información presentada.
·       Exposición oral adecuada de los integrantes
·       Organización del grupo al momento de la exposición.
·       Elaboración de conclusiones que integren el texto a la información de la portada.
·       Duración de la presentación: 10´ minutos.

domingo, 23 de marzo de 2014

VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA

El Virreinato del Río de la Plata.

La dinastía de los Borbones, que comenzó a reinar en España a partir del siglo XVIII, trató de mejorar la forma de administrar el estado  español  y sus colonias. Con esa finalidad se crearon los virreinatos de Nueva Granada en el norte de América del Sur y del Río de la Plata (1776). En el caso de la creación de este último influyeron la importancia que había adquirido Buenos Aires, convertida en capital del nuevo Virreinato, y la amenaza del avance portugués sobre la margen oriental del Río de la Plata.

La superficie del Virreinato del Río de la Plata era muy extensa, pues abarcaba no solo el actual territorio argentino, sino también los de los actuales Uruguay (banda oriental), Paraguay, Bolivia y parte de Chile (alto Perú) y parte del sur de Brasil. El virreinato estaba dividido en unidades político –administrativas: intendencias y gobernaciones. Estas divisiones fueron la base para el posterior surgimiento, tanto de las provincias argentinas, como de nuestros países limítrofes de habla hispana.


Las ciudades dentro del virreinato poseían una relativa independencia ya que estaban dotadas de gobiernos propios integrados por los vecinos más ilustres. El cabildo era la sede del gobierno municipal de cada ciudad. La justicia era impartida por tribunales llamados audiencias.

La economía del virreinato era variada. La zona del Río de La Plata estaba basada en la producción de ganado, especialmente vacuno y caballar. El cuero de las vacas sustituyo a casi todos los demás materiales escasos, creándose la llamada "cultura del cuero". La zona ocupada por la actual Bolivia, era rica en minerales como la plata, por lo cual se desarrollaron explotaciones a gran escala desde el comienzo de la ocupación española. Las provincias del actual Noroeste argentino se posicionaron como proveedores de insumos de las minas bolivianas. El virreinato poseía un comercio monopólico que solamente le permitía comerciar con España o con otras colonias españolas, concentrándose todo el comercio exterior en manos de unos pocos españoles privilegiados. Ante esa situación surgió un intenso contrabando, el cual no era mal visto por la población sino todo lo contrario.

La sociedad colonial americana se encontraba dividida en grupos con marcadas diferencias, que se distinguían por sus rasgos raciales, el grado de poder político que poseían  y el nivel de su riqueza. Ésta sociedad, al igual que la de España, presentaba una marcada jerarquía. El grupo dominante se llamaba a sí mismo “gente decente”, y el sector más desfavorecido estaba compuesto por los esclavos africanos, entre ambo sectores existían otros grupos.

El grupo dominante se componía con los grandes comerciantes, los propietarios de vastas extensiones de tierras (terratenientes) y los altos funcionarios del gobierno y la Iglesia. Era un grupo cerrado, de gente blanca, cuyas familias se emparentaban mediante casamientos y se distanciaban de los otros grupos inferiores. Dentro de la clase principal existían diferencias entre los españoles nacidos en América, llamados criollos, y los originarios de España, llamados peninsulares. Los peninsulares eran los únicos que podían ocupar los puestos importantes en la administración colonial y controlaban el monopolio comercial.

Los blancos pobres se mezclaban con los mestizos, mezcla de indio y blanco, este grupo estaba compuesto por pequeños propietarios de talleres y chacras, el bajo clero y funcionarios menores. Por debajo de estos grupos se encontraban los indios y mulatos, mezcla de negro y blanco cuyas libertades estaban muy limitadas por leyes y prejuicios sociales. Este sector social se ocupaba de las tareas manuales que los blancos despreciaban. Buenos Aires era una especie de centro distribuidor de esclavos. Desde aquí se los vendía y se los llevaba a los distintos puntos del virreinato. En Buenos Aires a los esclavos negros se los ocupaba sobre todo en las tareas domésticas como sirvientes en las casas de las familias más adineradas.

El Virrey Cevallos fue reemplazado por el mexicano Juan José de Vértiz. Vértiz mandó a hacer el primer censo de la población de Buenos Aires en 1778. La ciudad tenía 24.754 habitantes y la campaña 12.925. El nuevo virrey advirtió que Buenos Aires era una ciudad muy descuidada, mal iluminada y aburrida y decidió transformarla. Creo un sistema de alumbrado público en base a mecheros alimentados a grasa de potro que luego fueron reemplazados por velas de sebo .Los faroles eran mantenidos por los serenos, simpáticos personajes que además anunciaban la hora. Vértiz hizo empedrar las calles. Se ocupó de la provisión del agua. Fundó un teatro de comedias, un hogar para chicos huérfanos (la casa de los Niños Expósitos) donde instaló una moderna imprenta, un hospital para mendigos, el Real Colegio de San Carlos (actual nacional Buenos Aires) organizo la policía y fundo varios pueblos en la provincia de Buenos Aires.

Las diversiones del Buenos Aires de entonces no eran demasiadas. Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. El pato, las riñas de gallo, las cinchadas y las carreras de caballo eran las diversiones de los suburbios orilleros a las que de tanto en tanto concurrían los habitantes del centro. Allí podían escucharse los "cielitos", que eran verdaderos alegatos cantados sobre la situación política y social de la época.


Las damas también gustaban de las corridas de toros pero preferían el teatro, la Opera y las veladas, que eran reuniones literarias y musicales realizadas en las casas. Eran la ocasión ideal para conseguir novio. Una vez a la semana "la parte más sana del vecindario", como definía el cabildo a sus miembros, es decir los propietarios porteños, concurría al teatro para asistir a paquetas veladas de ópera y a disfrutar de las obras de teatro de Lavardén. Desde que la inaugurara el Virrey Vértiz en 1783, la Casa de Comedias, conocida como el Teatro de la Ranchería, se transformó en el centro de la actividad lírica y teatral de Buenos Aires hasta su incendio en 1792. En 1810 pudo reabrirse el Coliseo Provisional de Comedias dando un nuevo impulso al arte dramático.

La creación de los virreinatos, pese a los intentos de reforma de los borbones y a cierta leve mejoría en la administración colonial, no fue suficiente para mantener el control sobre las colonias. La crisis en España proseguía y la duración del Virreinato del Río de la Plata fue corta.

Actividad: El Virreinato del Río de la Plata.

·      1. Sintetizá y organizá la información del texto en un cuadro con las características sociales, políticas y económicas  del Virreinato del Río de la Plata.


VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA (1776-1810)
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
ORGANIZACIÓN SOCIAL
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
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1.       2. Justificá la siguiente afirmación: La creación del Virreinato impulsó el desarrollo de la ciudad de Buenos Aires.

domingo, 29 de septiembre de 2013

EL IMPERIO INCA

Ver anterior: El IMPERIO AZTECA

Ama suwa, ama llulla, ama qilla.
(No seas ladrón, no seas mentiroso, no seas holgazán)
Lema del Imperio Inca 

Machu Pichu- Ciudad sagrada de los Incas

Los Andes Peruanos

La región que comprende la costa de Perú, las montañas y el altiplano boliviano formaban una zona cultural. Esta región vio el surgimiento de sociedades sedentarias basadas en la agricultura desde antes del 2000 a.C. En estas sociedades, la construcción de complejas obras de riego y la aplicación de técnicas agrícolas habían favorecido el crecimiento constante de la producción agrícola y de la población. Se habían desarrollado las ciudades y la organización social estaba fuertemente jerarquizada. Al llegar los españoles encontraron una organización imperial controlada por los Incas, uno más de los tantos grupos étnicos establecidos en la región.

El imperio Inca

Según la leyenda fueron cuatro hermanos los fundadores de la familia Inca. Manco Capac, el primer Inca, es considerado como héroe y un dios, fue el fundador del Cuzco, la ciudad capital del imperio Inca. A partir de Manco Capac se le sucedieron 13 incas en el gobierno, el último fue Atahualpa quien reinaba cuando llegaron los españoles.Los incas constituyeron un poderoso imperio que logró la máxima expansión territorial en la época en que Colón iniciaba su viaje hacia lo desconocido.


El imperio se extendía desde las sierras de la actual Colombia hasta el norte de Chile y de la Argentina, y desde la costa del océano Pacífico hasta el este de los bosques del río Amazonas. Los incas eran un pueblo originario de las sierras y desde allí dominaron, mediante la guerra de conquista, a los pueblos de las otras zonas. Establecieron la capital de su imperio en la ciudad de Cuzco, a la que consideraban el centro del universo. El imperio, que ellos llamaban Tahuantinsuyo -que quiere decir las cuatro partes del mundo-, estaba dividido en cuatro regiones, las que, a su vez, se subdividían en provincias. Al frente del imperio estaba el Inca, y las zonas conquistadas estaban dirigidas por los curacas o gobernadores de provincia.

Organización económica y grupos sociales

La agricultura fue la base de la economía del imperio incaico. La producción era muy variada y los cultivos más importantes eran el maíz. la quinoa y la papa. Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas que mejoraron el rendimiento de los cultivos. En la zona árida de la costa usaron el guano -excremento de aves marinas- como fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego. En el interior, sobre las laderas de las sierras, cultivaban en terrazas.
Terrazas de cultivos
La cría de llamas y de alpacas fue una actividad importante en la economía incaica. De ella obtenían lanas, carne y se usaban como animales de trabajo. La llama no soporta más de 45 Kg. de peso se adapta a las grandes alturas. Además, el dominio de pueblos que habitaban diferentes zonas les permitió obtener, mediante el pago de tributos, productos diversos.

La sociedad incaica estaba jerarquizada y se podían diferenciar varios grupos sociales. El grupo más importante era la nobleza (real y provincial).  En primer lugar se  encontraba el Inca y su familia, por debajo, los sacerdotes, los guerreros y los altos funcionarios del imperio. A este grupo social también pertenecían la nobleza provincial formada por los Curacas, jefes de los ayllus o comunidades campesinas que habían aceptado someterse al imperio. Los nobles controlaban el Estado y vivían de los tributos que entregaban los campesinos.


RED DE CAMINOS DEL INCA
Por debajo de la nobleza se encontraban los habitantes del imperio que eran libres y pertenecían a una comunidad o ayllu, en su inmensa mayoría eran campesinos. En el último escalón social se encontraban los yanaconas que eran servidores perpetuos del Inca y del imperio. Los ayllus que no se sometían al imperio y eran derrotadas en la guerra integraban este grupo.

El ayilu era la comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían antepasados en común y habitaban un mismo territorio. El Estado entregaba tierras a cada comunidad para su subsistencia y a cambio exigía fuertes tributos. Anualmente, el Curaca asignaba parcelas a cada familia según el número de sus componentes. Pero los campesinos no eran propietarios de las tierras y estas parcelas eran trabajadas colectivamente por todos los miembros de la comunidad. El ayllu debía entregar tributos en productos y en trabajo al Estado y a los curacas.

 En los ayllus las tierras se dividían en tres: las tierras de las comunidades, cuya producción alimentaba a las familias campesinas, las tierras del Inca y las de la religión, con las que se mantenían  al emperador y el culto a los dioses. Los campesinos debían obligatoriamente trabajar en todas. 

El Estado Incaico

El Estado incaico fue teocrático porque el emperador, el Inca, era reconocido como el hijo del Sol, el dios más importante de la religión inca. Un consejo de nobles y sacerdotes, asesoraba al Inca en las tareas de gobierno.  La gran expansión del imperio fue posible por la fuerza militar. Para facilitar el desplazamiento de sus ejércitos, los incas construyeron una vasta red de caminos. La existencia de tambos o postas a lo largo de esos caminos servía para el descanso de las tropas en campaña y para el recambio de animales y armas.
Tambo Colorado, Pisco. PERÚ

Todos los pueblos que pertenecían al imperio tenían la obligación de entregar al Estado una determinada cantidad de alguna materia prima o de productos manufacturados, según la producción característica de cada zona. Además, la población estaba obligada a realizar trabajos individuales en beneficio del Estado, los curacas o los sacerdotes. La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución.

La reciprocidad consistía en la ayuda entre todos los miembros de una comunidad. Por ejemplo, los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad ayudaba a levantar la casa de los recién casados. Los incas incorporaron el principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento económico y social de su imperio.

Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades. Cuando algunos pueblos del imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados almacenados. También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las constantes expediciones militares, y para premiar los servicios realizados por algunos funcionarios generalmente nobles.

Los tributos de las comunidades campesinas dados al Estado eran de tres tipos:

1. Trabajos colectivos en las tierras del Inca.

2. Trabajos individuales periódicos y rotativos para el Estado, a los que llamaban mita, con este sistema se construían puentes y caminos.

3. Las comunidades debían entregar a los curacas alimentos, materia primas y productos manufacturados.

El Estado incaico tuvo una existencia muy corta ya que, si bien sus inicios se remontan al siglo XII , el período de expansión imperial comienza hacia mediados del siglo XV y  finaliza hacia mediados del siglo XVI , cuando fueron conquistados por los españoles.

ACTIVIDAD:

 1) Organizá las características del Imperio Inca según las siguientes categorías:



2) Relacioná la imágen con lo leído en el texto