El asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria.
El atentado de Sarajevo fue el desencadenante de la Gran Guerra. En junio de 1914 fue asesinado en Sarajevo, ciudad ubicada al suroeste del imperio, el heredero de la corona austro-húngara. La sospecha de que Serbia había estado implicada en el asesinato del archiduque Francisco de Austria motivo a Austria-Hungría a presentarle un ultimátum para que Serbia dejase que la policía austro-húngara investigase en su nación. Serbia se negó a renunciar a su soberanía, y Austria-Hungría le declaró la guerra.
Rusia, protectora de Serbia, le declaró a su vez la guerra al Imperio Austro-Húngaro, y comenzó a movilizar su ejército. Alemania, aliada de Austro-Hungría, declaró la movilización general para hacer frente a los rusos. Francia, aliada de Rusia, se movilizó contra los alemanes, convirtiendo en realidad la guerra por dos frentes que los alemanes temían.
Para neutralizar lo antes posible la amenaza de una guerra por dos frentes, Alemania decidió invadir rápidamente a Francia y someterla, antes de que el gigante ruso tuviera tiempo de movilizar su vasto ejército. De esta forma, se enfrentaría a sus enemigos de uno en uno, en vez de simultáneamente. Pero para que ese plan tenga éxito, Alemania debía realizar dicha invasión por el flanco más débil de Francia, lo que implica la necesidad de atravesar Bélgica.
Bélgica se negó a dejar que los ejércitos alemanes pasen por su suelo, entonces Alemania decidió invadirla. Gran Bretaña, defensora de la neutralidad belga, tuvo así la excusa para declarar la guerra contra Alemania, y hacer frente común con Francia.
Italia, debido a un pacto secreto firmado anteriormente con Francia, declara su neutralidad en la guerra. Los Imperios Centrales pierden así a un aliado. Todos los ejércitos marchan al frente pensando que saldrían vencedores en un guerra corta.
La guerra de movimientos.
Los ejércitos alemanes invaden Bélgica y se adentran en Francia, siguiendo el Plan Schlieffen, cuyo objetivo era rodear por el norte a los ejércitos franceses, atraparlos en un cerco y destruirlos. Sin embargo, este movimiento envolvente es detenido por los franceses en la Batalla del Marne, cerca de Paris (septiembre de 1914). Los ataques frontales se revelaron sorprendentemente ineficaces, por parte de ambos bandos. Las cargas de caballería e infantería contra las posiciones enemigas, realizadas con la mentalidad de las guerras napoleónicas, son detenidas con abrumadora facilidad por un arma nueva que comienza a dominar el campo de batalla. La ametralladora. Así pues, se intenta recurrir a movimientos envolventes nuevamente, para evitar los asaltos frontales.
Los alemanes maniobran para intentar volver a rodear a los franceses, y éstos maniobran para impedírselo. Ambos bandos compiten en una “carrera hacia el mar”, esperando poder flanquear al otro antes de que el Canal de la Mancha les cierre el paso. Ninguno lo consigue. La “carrera hacia el mar” termina en empate, y el frente se extiende ahora ininterrumpidamente desde el mar del Norte hasta los Alpes suizos.
No es posible realizar más movimientos envolventes, no hay espacio por donde poder intentarlo. Tan sólo es posible hacer ataques frontales. Pero la omnipresente ametralladora convierte eso en una tarea imposible. ¿Qué hacer, entonces?
La guerra de trincheras.
Nadie pensó nunca que la ametralladora cambiaría la forma de hacer la guerra. Por tanto, nadie sabía qué hacer ahora. Los asaltos al estilo napoleónico eran un suicidio, las ametralladoras barrían a los soldados. Así que se pensó que la solución podría estar en usar la artillería para abrir brechas en el impenetrable frente, por la que podrían penetrar los soldados y poner fin así a esta situación.
Pero los defensores no sólo tenían ametralladoras. Tenían palas también. Y cavaron pozos y trincheras, donde podrían protegerse de los bombardeos. Cuando el fuego de artillería cesaba, tan sólo tenían que volver a asomar sus ametralladoras, y una vez más barrer a los confiados asaltantes.
Los generales, aún desconcertados, pensaron que la solución tendría que ser tecnológica. Aumentaron el calibre y poder destructivo de la artillería, pero los defensores reaccionaban construyendo trincheras más profundas, más sofisticadas y mejor fortificadas. Desarrollaron nuevas armas, como letales gases químicos destinados a matar a los ocupantes de las impenetrables trincheras, para poder así luego conquistarlas sin oposición; pero los defensores comenzaron a llevar máscaras antigás que les protegían de sus nocivos efectos.
Ambos bandos estaban perplejos. La guerra había evolucionado a un tipo de conflicto desconocido hasta ahora, y nadie sabía cómo adaptar sus antiguas tácticas y estrategias militares. Nadie podía seguir avanzando. Nadie podía conquistar, nadie podía vencer. El frente occidental se tornó estático, impenetrable, inamovible.
El Frente Oriental.
Mientras tanto, los rusos se habían movilizado antes de lo que calculó el Estado Mayor alemán, y se lanzaron a invadir la Alemania oriental. Las fuerzas germánicas orientales eran inferiores en número, pero contaban con una ventaja. Los rusos usaban la radio (una tecnología relativamente nueva) con demasiada despreocupación, pues no se molestaban en cifrar sus comunicaciones. Los alemanes sólo tenían que interceptar sus transmisiones, y así poder enterarse de todo lo que estaban haciendo.
Con esta ventaja de su parte, los alemanes, dirigidos por Hindenburg y Ludendorff, interceptaron el avance ruso en Prusia Oriental, en la Batalla de Tannenberg (1914). A pesar de su amplia superioridad numérica, los rusos fueron derrotados con extraordinaria contundencia. A partir de entonces, los alemanes infligieron a los rusos constantes derrotas, haciéndoles perder numerosas tropas y llevándolos al borde del colapso.
Debido a la gran pérdida de soldados rusos, la situación de la Rusia zarista llegaría a ser insostenible. El pueblo ruso deseaba salir de una guerra que sólo le traía desastres. Ello propiciaría la revolución socialista de octubre de 1917. Cuando Lenin tomó el poder en 1917, firmó la paz de Brest-Litovsk, entregándole al Imperio Alemán múltiples territorios.
Desde finales de 1914, el Frente Occidental era una larga línea de trincheras que se extendía desde el Canal de la Mancha hasta Suiza. Los intentos de abrir brecha se convertían en un derroche de hombres y material, y no llevaban a ninguna parte.
Si el Frente Occidental era impenetrable, habría que abrir nuevos frentes, atacando así por otros ángulos menos fortificados, y atrayendo recursos del enemigo a esos frentes. Para abrir esos nuevos frentes se buscaron nuevos aliados. Japón entra en guerra a favor de la Entente en 1914, atacando las colonias alemanes del Pacífico, convirtiendo así la guerra continental en una guerra mundial.
Italia, tras declarar su neutralidad, protagonizará un cambio absoluto de bando cuando, en 1915, también entre en guerra, aliándose con la Entente, amenazando así a Alemania y Austria-Hungría por un nuevo frente en el sur. Sin embargo, los Imperios Centrales también sumarían nuevos aliados. El Imperio Otomano se había aliado a Alemania, amenazando el control colonial británico de Oriente Próximo, y Bulgaria se sumaría a su red de aliados en 1915. Ambos bandos incrementaban así sus efectivos.
Por otra parte, la lucha en los frentes coloniales (por África y Asia) no atrajo demasiados efectivos del Frente Occidental que se quería debilitar, pues éste fue siempre considerado prioritario. Allí se decidía todo, y por ello los frentes coloniales fueron siempre secundarios.
Finalmente, en Alemania se llegó a la conclusión de que la guerra estaba tan equilibrada que sólo podía ganarse por medio de la estrategia del desgaste. Infligir una gran cantidad de pérdidas al enemigo, que resultase mucho mayor que las propias, sería lo que decidiría la contienda. Siguiendo este razonamiento, los alemanes lanzaron, en el Frente Occidental, una ofensiva que desembocaría en las batallas del Somme y Verdún, al noreste de Francia, en 1916. Estas batallas fueron las más largas y sangrientas de la primera guerra mundial.
El objetivo era infligir al enemigo el triple de pérdidas que sufrieran los alemanes. Sin embargo, las pérdidas francesas (275.000 muertos) apenas superarían a las alemanas (240.000 muertos). La estrategia del desgaste tampoco estaba pareciendo funcionar.
Guerra en el mar.
Sólo hubo una gran confrontación naval en esta guerra, y fue la Batalla de Jutlandia (1916). Las flotas británica y alemana, con una fuerza pareja, entablaron combate en el Mar del Norte, terminando la confrontación sin un vencedor claro. Sin embargo, los barcos germánicos regresarían a sus puertos y no volverían a intentar disputar el control británico de los mares.
El Alto Mando alemán abandonaría la guerra convencional marítima, y traerían el concepto de la “guerra de desgaste” de la tierra al océano. Lo que pretenderían desgastar ahora serían las líneas de suministros marítimas de la Entente, con la intención de que ello debilitara a Gran Bretaña y colapsasen las trincheras de Francia. Para ello recurrirían a los submarinos y atacarían a sus buques mercantes. Sin embargo, buques mercantes de los países neutrales jugaban un papel importante en mantener esas líneas de suministros. En 1917 Alemania declaró una guerra submarina contra los buques de cualquier nacionalidad. El hundimiento de un buque mercante norteamericano provocó el ingreso de los Estados Unidos a la guerra contra Alemania en 1917.
Rusia, tras sus descalabros militares, firmó la paz con Alemania, entregándole territorios. Esto liberó a las tropas germánicas orientales, que pudieron reforzar ahora el sufrido Frente Occidental con nuevos efectivos, entre los cuales figurarían reclutas de los nuevos territorios cedidos por Rusia. Con tantos recursos reconcentrados en el oeste, Alemania empezaba ahora a tener la balanza inclinándose a su favor.
Además, la Batalla de Caporetto, en la frontera austroitaliana, hizo derrumbarse parte del frente italiano. Los alemanes y austro-húngaros conquistaron territorios y capturaron miles de prisioneros, antes de que los italianos lograsen levantar una nueva línea defensiva. La Entente tuvo que desplazar recursos al frente italiano para ayudar a cerrar esta brecha, repercutiendo en el debilitamiento de la Entente en el Frente Occidental.
Así pues, Alemania se encontró con una transitoria superioridad de medios y efectivos en el Frente Occidental. Pero tenía que darse prisa en aprovecharla porque el gigante industrial, Estados Unidos, se unía ahora a la Entente con multitud de tropas frescas e inmensos recursos materiales.
El fin de la guerra.
En 1918, dirigidos por Ludendorff, los alemanes intentaron usar su transitoria superioridad, antes de que fuese demasiado tarde. Adaptándose por fin a las exigencias de una guerra industrial, llevaron a cabo nuevas tácticas, usando tropas especializadas y concentrando sus efectivos en puntos clave del frente, por los que lograron penetrar y empujar hacia atrás a la Entente. Sin embargo, el ejército alemán estaba demasiado exhausto por cuatro años de conflicto, y no tuvo la fuerza suficiente para aprovechar estas victorias. Sin poder rematar a la Entente, ésta se recuperaría de estas derrotas, y empezaría a presionar hacia delante, con los refuerzos enviados por Estados Unidos.
Alemania vio que la derrota era cuestión de tiempo. Su ejército estaba agotado. Y por si fuese poco, sus aliados estaban desmoronándose en otros frentes, ante la presión de la Entente y sus aliados. Las líneas alemanas amenazaban con romperse en cualquier momento. Así pues, viéndose incapaces de seguir luchando, los germánicos pidieron un armisticio. Ningún enemigo había pisado aún suelo alemán.
Los vencedores excluyeron de las negociaciones de paz a los vencidos. Cuando estuvo completa, en 1919, simplemente le presentaron a Alemania el tratado de paz de Versalles para que lo firmase. Los alemanes se sintieron indignados al leer el tratado. No sólo perdían los territorios ganados a Rusia en el tratado de Brest-Litovsk, sino que además perdían parte de sus territorios originales. Especialmente ofendidos se sintieron con el llamado “corredor polaco”, una franja de tierra otorgada a Polonia que dividía a Prusia Oriental del resto de Alemania. Además, se vieron obligados a pagar a los vencedores unas reparaciones de guerra desorbitadas. Y se les exigía entregar casi toda su flota, y reducir permanentemente su ejército a 100.000 soldados, una cifra minúscula.
Los germánicos considerarían el Tratado de Versalles una enorme injusticia. Humillados, su resentimiento sería el caldo de cultivo idóneo para hacer crecer deseos de revancha.
Consecuencias.
De la Paz de Versalles nacería una nueva Europa. El Káiser Guillermo II abdicó y el Imperio Alemán se transformó en una República. Austria-Hungría se desintegró en pequeños países. Un cinturón de estados-tapón (nacidos a partir de antiguos territorios alemanes y rusos) se levantó delante de la Rusia Comunista, debido al temor que despertaba a las potencias occidentales. Las cesiones territoriales de los vencidos, junto a la posición expresada por el presidente estadounidense Wilson, de que cada nación tenía derecho a formar un Estado independiente, dio lugar a una profunda remodelación de Europa: El Imperio turco desapareció casi por completo, quedando reducido sólo a la actual Turquía. Otras remodelaciones territoriales tenían como objetivo aislar a la nueva Rusia revolucionaria. Por ello, se creó una gran Polonia y una gran Rumania.
Europa se encontró agotada y devastada por la guerra, lo cual marcó su declive a nivel mundial. Sus industrias y ciudades quedaron destruidas. El saldo de víctimas fue de diez millones de muertos y millones de heridos y mutilados.
Estados Unidos y Japón se alzaron como nuevas potencias hegemónicas. A instancias del presidente norteamericano, Wilson, se crea la Sociedad de las Naciones, antecesora de las Naciones Unidas.
Actividades:
1) Describí el contexto mundial en el que se produce la Gran Guerra.
2) Identificá el detonante que provoca la Gran Guerra.
3) Diferenciá los grupos de países que se que se enfrentaron en la guerra.
4) Describi los frentes de combate en los que se desarrolla la contienda.
5) Identificá adelantos técnicos que se aplicaron a la guerra.
6) Explicá en que consiste el tratado de Versalles.
7) Realizá una lista con las consecuencias que produjo la Gran Guerra.
8) Investigá que nuevos estados se forman en Europa luego de la guerra.