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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos del nivel medio. Aquí encontrarán programas, contenidos y actividades de la asignatura Historia y Geografía. También podrán acceder a distintos recursos, diarios, películas, videos, textos, música y otros que contextualizan los temas desarrollados en clase.

Prof. Federico Cantó

lunes, 7 de julio de 2014

PERONISMO, EMPRESARIOS Y SINDICATOS

EL ESTADO Y LOS EMPRESARIOS

Hasta 1946 la Unión Industrial Argentina (UIA) era la más importante organización de empresarios. Su dirección representaba los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras. La política de este organismo, finalizada la Segunda Guerra Mundial, se orientó a fomentar la exportación de manufacturas.
Con la llegada del peronismo al gobierno, el sector empresarial más beneficiado fue el de los pequeños y medianos empresarios, en su mayoría ligados a la producción destinada al mercado interno. Para debilitar a la UIA, Perón le quitó la personería jurídica en julio de 1946. El respaldo de los pequeños y medianos empresarios hacia el gobierno se afianzó cuando éstos crearon la Confederación General Económica (CGE), a la que luego se sumarían también grupos de grandes empresarios. Esta entidad fue la única reconocida por el gobierno como representación de los empresarios.
Los terratenientes, por su parte, fueron desde un principio férreos opositores del peronismo. Habían sido desplazados del poder político y despojados de una parte de los beneficios que obtenían del comercio de exportación —a través del IAPI, el Estado transfería una parte de los ingresos del sector agrario al industrial—. A esto se sumó el alza de los salarios de los trabajadores rurales, lo que implicaba la elevación de los costos y, por lo tanto, una reducción de sus ganancias. La promulgación del Estatuto del Peón significó para los terratenientes una alteración de las tradicionales relaciones paternalistas en el campo.
Este conjunto de medidas provocó la resistencia de las organizaciones representativas del sector, como la Sociedad Rural Argentina (SRA) y Confederaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP).

LOS SINDICATOS Y EL PERONISMO

Luego de las elecciones de 1946 y la disolución del Partido Laborista, las relaciones entre Perón y los sindicatos se volvieron crecientemente asimétricas. Los sindicatos vivieron entonces un proceso de subordinación al Estado que, sin embargo, nunca fue total ni generalizado. Durante los primeros años del gobierno peronista, los sindicatos tuvieron la suficiente fuerza y autonomía para imponer los convenios colectivos más favorables a los trabajadores de toda su historia y encabezar conflictos de forma exitosa. Después de 1950, la cantidad de huelgas disminuyó, en parte porque las demandas obreras ya habían sido satisfechas y en parte porque el Estado comenzó a presionar a las direcciones sindicales para que evitaran los enfrentamientos con los patrones. Si bien las huelgas disminuyeron en los últimos años del peronismo, tuvieron lugar algunos conflictos que no contaron con el visto bueno del gobierno, como el ferroviario de 1951 y el metalúrgico de 1954.
A pesar de la subordinación al Estado, éste le otorgó un arma formidable para su consolidación como clase social. La Ley de Asociaciones Profesionales determinó la existencia de un solo sindicato por rama de actividad. Este sindicato único contaba así con un fuerte poder de negociación ante los empresarios. Además, permitía la presencia gremial en las plantas fabriles, a través de las comisiones internas, cuya organización y funcionamiento le cupo a los sindicatos y no al Estado.
Este fenómeno no dejaba de irritar a los empresarios, quienes se quejaban amargamente de que los trabajadores “tocaban un silbato y paralizaban la fábrica”. El crecimiento de las organizaciones sindicales en aquellos años fue tan notable como inédito. En 1950, el número de gremios se había triplicado respecto de 1941, mientras que la cantidad de afiliados creció de aproximadamente medio millón en 1945 a cinco millones en 1950. La afiliación sindical era promovida desde el Estado.
Si bien el sindicalismo se había peronizado, nunca se convirtió en una mera parte del Estado. La prueba más palpable fue el mantenimiento de las estructuras sindicales una vez caído el gobierno. Tras la asunción de Perón, se produjo la lenta y silenciosa disolución de la mayor parte de los gremios antiperonistas. Sin embargo, algunos sindicatos opositores como La Fraternidad o la Federación Gráfica Bonaerense (FGB) lograron sobrevivir.
Desde 1946 se generalizaron al conjunto de la masa trabajadora las medidas particulares tomadas en el período 1943-1946. Los salarios reales, que habían crecido notablemente entre 1943 y 1945 (10% más altos), se incrementaron a partir de la firma de convenios colectivos de trabajo en todas las ramas.
Se ampliaron, además, las políticas de bienestar en las que los sindicatos tuvieron un papel clave: vacaciones pagas, turismo social, licencias por enfermedad. En cuanto a los planes de salud, además de la cobertura sindical, se llevó adelante bajo la dirección del ministro Ramón Carrillo una política de construcción de establecimientos asistenciales en escala inusitada.
Fue creado el Instituto Nacional de Previsión Social. La difusión de las cajas jubilatorias (que hasta entonces sólo habían tenido los sindicatos más fuertes) permitió que todos los trabajadores, incluso los peones de campo, accedieran a los beneficios previsionales. En 1949 estas cajas contaban con aproximadamente tres millones y medio de afiliados. El aumento de los salarios reales y la consecuente mejora social permitieron un acceso mayor a las universidades: se suprimieron los aranceles y el número de alumnos creció considerablemente. Otras medidas se combinaban para elevar el nivel de vida: congelamiento de alquileres, control de precios máximos, leyes de salarios mínimos, planes de vivienda, etcétera.
Tanto por los éxitos gremiales como por las medidas intervencionistas del Estado que frenaban los precios de consumo masivo, se produjo en esta época la mayor tasa de aumento de salarios reales de la historia argentina hasta ese momento. Ello implicó, en relación con el nivel de vida alcanzado por los asalariados, la más profunda fractura respecto del pasado.


PERON, SEGUNDO GOBIERNO

LA REFORMA CONSTITUCIONAL Y LAS ELECCIONES DE 1951

Una de las reformas políticas más importantes realizadas por el peronismo fue la sanción de una nueva Constitución Nacional, en 1949. En ella se incorporaron los derechos sociales conquistados por el movimiento obrero y la legalización de los cambios económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del comercio exterior, de los combustibles y del transporte. En el orden político se implantó la reelección presidencial y la instauración del voto directo en los comicios nacionales. La oposición resistió a la nueva Constitución porque consideraba que era el resultado del afán personalista de Perón, cuyo deseo excluyente era lograr la reelección presidencial. Además, los socialistas se quejaron porque entre los derechos de los trabajadores no figuraba el derecho de huelga y los conservadores denunciaron el perfil excesivamente presidencialista de la reforma. Ésta finalmente fue aprobada y tuvo vigencia hasta la caída de Perón en 1955.

LA CRISIS ECONÓMICA DE 1952: LOS LÍMITES DEL MODELO INDUSTRIALISTA

Hacia 1952 el modelo industrialista implementado por el peronismo comenzaba a dar muestras de debilidad. Una gran influencia tuvo la recuperación económica de los países europeos, ya que éstos disminuyeron sus compras a la Argentina y se produjo, además, una baja en los precios de las materias primas.
Las dificultades económicas habían comenzado varios años antes. En 1949, una prolongada sequía redujo al mínimo los saldos exportables y, hacia la década del ‘50, el rendimiento del campo argentino había bajado aproximadamente en un 18% respecto de 1946. A pesar de que la Argentina había desarrollado en forma notoria la actividad industrial, la base de la economía continuaba dependiendo del nivel de las exportaciones agrarias, ya que una disminución importante en este sector alteraría —como finalmente ocurrió— al resto de las actividades económicas.
Como consecuencia de la disminución del ingreso rural proveniente de las exportaciones, el gobierno ya no pudo recurrir a la transferencia de recursos para la actividad industrial y el mantenimiento de altos salarios. Los empresarios tuvieron dificultades para la obtención de créditos del Estado y el rendimiento de sus industrias disminuyó.
Esta situación provocó que los salarios no continuaran con un sostenido ascenso y que en algunas áreas disminuyeran. Por ello, desde 1949 y hasta 1952, comenzaron a surgir reclamos salariales no satisfechos. La mayoría de las huelgas tuvieron como centro de la crítica a los empresarios —los sindicatos decían que éstos querían salvarse de la crisis bajando sus salarios— y no al gobierno de Perón, a quien consideraban víctima de las presiones oligárquicas. El equilibrio buscado por Perón entre los intereses de los obreros y de los empresarios —la armonía entre el capital y el trabajo— comenzaba a presentar signos de inestabilidad. El gobierno peronista se encontró entonces ante la crisis más profunda desde que Perón llegó a la presidencia en 1946.

LA REELECCIÓN DE PERÓN (1952—1955).

Para las elecciones de noviembre de 1951 la CGT propuso como candidata a la vicepresidencia a Eva Perón. Esto provocó una gran polémica dentro y fuera del peronismo. Los sectores más conservadores de la sociedad, entre ellos las Fuerzas Armadas, resistieron a su candidatura. Según Miguel Ángel Scenna, historiador argentino contemporáneo, “Tradicionalmente la esposa del Presidente era una figura decorativa sólo apta para aparecer en funciones de protocolo o tareas de beneficencia. Eva Perón irrumpió con violencia para hacer trizas esa venerable y apacible imagen. Mujer de lucha, no sólo se metió en la política, sino que encarnó al sector más radicalizado del peronismo. A poco andar, sin ocupar ningún cargo oficial, era la persona más influyente después de Perón”.
El 26 de julio de 1952 —a los 33 años— falleció luego de una larga enfermedad en la que había declinado su candidatura en un memorable discurso. Para la mayoría de los trabajadores, el nombre de Evita se convirtió en el símbolo de las conquistas sociales conseguidas.
A pesar de las dificultades económicas, en las elecciones realizadas en 1951 el peronismo obtuvo un triunfo arrollador. La fórmula Perón—Quijano obtuvo el 62% de los votos, contra el 32% de la fórmula de la Unión Cívica Radical, encabezada por Ricardo Balbín. El resto de los Partidos —Socialista, comunista, Demócrata— sumaron en conjunto el 4% de los votos.
Estos resultados permitieron al peronismo inaugurar un nuevo período gubernamental, contando con una sólida mayoría en ambas cámaras legislativas. Los partidos de la oposición, frente a este nuevo fracaso electoral, comenzaron a reorganizarse y algunos de ellos a pensar con mayor firmeza en la posibilidad de nuevos intentos conspirativos en contra del peronismo.

EL SEGUNDO PLAN QUINQUENAL

Para abordar los problemas estructurales de la economía, el gobierno propuso en 1953 un Segundo Plan Quinquenal. Durante el primer gobierno peronista la Argentina casi no dependía del abastecimiento externo de bienes de consumo. La dependencia se había trasladado a los combustibles — petróleo—los bienes de capital —maquinarias y tecnología— y los insumos y las materias primas que la actividad industrial requería.
El Segundo Plan Quinquenal se propuso resolver estas deficiencias. La estrategia consistía en impulsar el desarrollo del sector agrario, incrementar las industrias de base —en especial las de bienes de capital y combustibles— y modificar la Ley de Inversiones Extranjeras, con la finalidad de favorecer la entrada de capital del exterior. El nuevo plan significó el abandono de la política de nacionalizaciones y del IAPI—como ente regulador del comercio exterior—característicos del primer plan.
La balanza de pagos resultaba negativa y se debió recurrir a préstamos en el extranjero. Impulsado por la necesidad de desarrollar la industria pesada para salir de la crisis. En 1953 se sanciona una ley de radicación de capitales extranjeros que permite la instalación de empresas multinacionales y se establece el congelamiento de los sueldos por dos años, que marca un alejamiento entre el Peronismo y los trabajadores. A pesar de esto, los sectores sindicalistas seguían apoyando a Perón.
Estos cambios en la orientación de la política económica generaron un profundo debate dentro del peronismo. Los empresarios se mostraron, en general, satisfechos con estas nuevas medidas. El movimiento obrero, si bien continuó dando muestras de respaldar incondicionalmente a Perón, comenzó a tomar distancia de algunas de las decisiones económicas tomadas por el gobierno.
Conforme a los cambios sostenidos por el nuevo Plan Quinquenal, el gobierno peronista impulsó acuerdos con compañías extranjeras para la explotación del petróleo en nuestro país. En abril de 1955 intentó firmar un contrato con la empresa norteamericana Californian Co, pero éste no fue aprobado en el Congreso. Allí se encontró no sólo con la oposición de los radicales sino también con la de un sector de la bancada peronista —encabezado por Amado Olmos y John William Cooke—.También rechazaron la firma del contrato propuesto por el Poder Ejecutivo, la CGT y los periódicos oficialistas “Democracia” y “De Frente”.


PERON, PRIMER GOBIERNO

EL PRIMER GOBIERNO DE PERÓN (1946-1952)
Primer Plan Quinquenal: un nuevo modelo económico.

El modelo económico iniciado en 1.946 intentó dar respuesta a las demandas de los sectores que integraban el bloque social peronista: los trabajadores y sectores de pequeños y medianos empresarios.
El Primer Plan Quinquenal (1947-1951) era un programa con el que el Estado planificaba la economía, fijando los objetivos generales que se deseaban lograr al cabo de cinco años. Buscó aprovechar la crisis de posguerra: gran disponibilidad de divisas y altos precios de las materias primas en el mercado mundial. Se comienza con la nacionalización de los Servicios Públicos (gas, telefonía, flota mercante, etc.), destacándose la readquisición de los FFCC (resultaban poco redituables para Inglaterra y se aceptaron como cancelación de deudas por exportaciones que había contraído Gran Bretaña durante la Guerra Munidal.
La planificación económica del Estado procuró una mayor justicia social, a partir de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y alentar el desarrollo industrial reclamado por los empresarios. Este modelo industrialista se basó en el aumento del consumo interno, incentivado por las mejoras salariales otorgadas. En un discurso pronunciado en octubre de 1946 Perón presentó el Primer Plan Quinquenal y explicó los lineamientos principales de la política económica de su gobierno:
“Para aumentar nuestras conquistas sociales necesitamos aumentar la riqueza y aumentar el trabajo. Nuestro plan considera, en esta etapa, multiplicar nuestra riqueza y repartirla convenientemente; y con ello, las nuevas conquistas sociales han de salir de nuestro propio trabajo, sin perjudicar a nadie. A ello tiende nuestro plan quinquenal. Debemos producir el doble; multiplicarlo por cuatro mediante una buena industrialización, distribuir equitativamente la riqueza y aumentar el estándar de vida de nuestras poblaciones hambrientas, que son la mitad del país; cerrar ese ciclo con una conveniente distribución y comercialización de esa riqueza. Y cuando este ciclo se haya cerrado, no tendremos necesidad de mendigar mercados extranjeros porque tendremos el mercado dentro del país, y habremos solucionado con ello una de las cuestiones más importantes: la estabilidad social.”
Un año después, el 9 de julio de 1947, el gobierno peronista declaró, en Tucumán, la independencia económica. Ésta, junto a la justicia social y la soberanía política se convertirían en las tres banderas históricas del peronismo.

Industrialización, nacionalizaciones y política agraria

En la Argentina, a diferencia de lo ocurrido en algunos países europeos, no hubo una burguesía industrial poderosa, capaz de liderar un proceso de industrialización. Fue el Estado el responsable de producir la modificación de la estructura productiva, impulsando un rápido crecimiento industrial y nacionalizando importantes sectores de la economía. Entre 1946 y 1950 el Estado fue asumiendo un rol de empresario, haciéndose cargo de diversas tareas que anteriormente correspondían a iniciativas del sector privado. En 1946 se nacionalizaron el Banco Central y los depósitos bancarios, permitiéndole al Estado controlar la política financiera del país y orientarla a través del otorgamiento de créditos hacia una política de incentivo de la actividad industrial.
En su primer año de gobierno, el peronismo creó el IAPI —Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio—.  Este organismo ejerció un rol monopólico en la comercialización de productos agrícolas, principalmente trigo, comprando en el mercado interno y vendiendo en el internacional. De este modo el Estado pasó a controlar el manejo del comercio exterior.
El IAPI era quien fijaba los precios de las exportaciones agrícola- ganaderas, regulaba las importaciones y resguardaba la producción nacional. Con el funcionamiento de este organismo como agente de comercialización, el Estado obtuvo un importante caudal de recursos, que derivó en parte hacia la actividad industrial, y en parte hacia la inversión social. Esta transferencia de ingresos del sector agrario al industrial provocó una fuerte oposición de los sectores terratenientes y de las empresas privadas vinculadas al comercio exterior, como Bunge y Born y Dreyfus.
De este modo, protegida por la política económica, la actividad industrial —particularmente las pequeñas y medianas empresas productoras de bienes de consumo e intermedios de capital nacional—creció a un ritmo sostenido  a lo largo de toda la década del ’40. El número de establecimientos pasó de 846.111 a 1.169.000.

Política Social

La ampliación de derechos sociales a los trabajadores  fue uno de los aspectos más sobresalientes del peronismo. Estuvo acompañado por medidas que buscaron a una mayor centralización y control por parte del Estado. Las políticas sociales del peronismo, se concentraron en satisfacer las demandas de los grupos sindicalizados. 
Su esposa, Eva Duarte, Primera Dama argentina; actriz e hija ilegítima, fue el blanco de burla y desprecio de la Oligarquía. "Evita" se convirtió en el puente entre Perón y los sectores populares no sindicalizados, fue el símbolo del Estado de bienestar.
En 1950 se crea la Fundación Eva Perón, cuya finalidad era obtener una base de apoyo más amplia mediante la incorporación al sistema de sectores sociales que no estaban sindicalizados. Así, esta institución, a través de la “ayuda social”, funcionó como el nexo que permitía la incorporación de los elementos considerados más débiles de la sociedad.
El peronismo, desde sus orígenes, impulsó la movilización de las mujeres. El sufragio femenino, otorgado en 1947, consolidó su inclusión en las políticas del Estado. La participación política de las mujeres es legitimada del mismo modo que su ingreso al mundo del trabajo vía la defensa del hogar y de sus hijos. La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 de la Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por Eva Perón.  La  muerte de Evita, víctima del cáncer, en 1952 fue un duro golpe para el Peronismo.
En 1949 se crea el Ministerio de Salud para llevar a cabo un programa sanitarista con el objetivo de crear de un sistema unificado de salud preventivo, curativo y de asistencia social de carácter universal. Se hicieron campañas para combatir enfermedades endémicas como el paludismo, la tuberculosis y la sífilis. La política sanitaria se extendió a  las escuelas al hacer obligatoria la vacunación de los estudiantes.
En el plano educativo, su meta fue educar a las clases obreras para transformarlas en mano de obra calificada; abre escuelas técnicas en todo el país (CONE) y funda la Universidad Tecnológica (nocturna, para que resultara accesible a los trabajadores). Por otro lado, no todas sus acciones fueron tan benévolas. Abolió la autonomía de las Universidades Nacionales decretando nuevos formas de elección de regentes y llevando a cabo un “vaciamiento” de las aulas (persecución de alumnos mediante organizaciones peronistas internas y cesanteos o renuncias de docentes con ideas antiperonistas).  Su accionar le valió un gran número de simpatizantes, así como también un gran número de opositores; la sociedad se dividía entre peronistas y antiperonistas.

Prácticas Políticas

La llegada del peronismo al gobierno significó el advenimiento de nuevos sectores sociales a la escena política. Las masas obreras se incorporaron plenamente a la vida política, porque al ejercicio del sufragio le agregaron otras formas de participación: por medio de sus organizaciones se convirtieron en un factor que influyó sobre las decisiones del gobierno. Además, el movimiento obrero obtuvo un conjunto de derechos sociales que no sólo mejoraron sus condiciones de vida sino que también le permitieron obtener su dignificación como trabajadores.
También pudieron participar por primera vez en la política nacional las mujeres El sistema político argentino de los años ‘40 adquirió los rasgos propios de una sociedad de masas. La participación política abarcó integralmente a todos los sectores de la sociedad y se realizó no sólo a través del voto popular sino también del desarrollo de organizaciones intermedias como los sindicatos, las unidades básicas y diversas asociaciones barriales y entidades vecinales. También las concentraciones públicas —las más importantes se realizaron en la Plaza de Mayo— se constituyeron en una nueva y frecuente forma de participación política directa de los sectores populares.
Las concentraciones populares en Plaza de Mayo, acompañadas por los discursos de Perón desde los balcones de la Casa de Gobierno, fueron acontecimientos políticos habituales durante los dos gobiernos peronistas. En estos actos, siempre fue destacada la presencia de los sindicatos encabezados por la Confederación General del Trabajo.  Una de las clásicas celebraciones peronistas eran las del 1° de mayo, el Día de los Trabajadores. La otra fecha en la que se realizaban concentraciones masivas de apoyo al gobierno era el 1 7 de octubre, consagrado por el Estado como el Día de la Lealtad.


PERON, ELECCION DEL 46

Desde el golpe del ´43, la figura de Perón, respaldada por un sector del gobierno militar y en estrecha alianza con los sindicatos obreros generó desde el comienzo una fuerte oposición tanto dentro como fuera de las Fuerzas Armadas, especialmente en las clases medias y altas. En 1945, el embajador de  Estados Unidos, Spruille Braden,  promovió la unidad de los sectores antiperonistas que conformaron un frente electoral llamado Unión Democrática
En este frente estaban agrupados los partidos: Comunista, Socialista, Unión Cívica Radical, Demócrata Progresista y Conservador; la Federación Universitaria Argentina (FUA); la Sociedad Rural (terratenientes); la Unión Industrial (grandes empresas); la Bolsa de Comercio; y los sindicatos opositores. El embajador Braden, violando el principio de no intervención, en la política interna de un país extranjero, actuó como un líder político de la oposición.

PERÓN, ELECCIONES DE 1946

El apoyo popular, representado por el Partido Laborista y la UCR Junta Renovadora, logró  imponer a Perón con el 53% de los votos, en las elecciones del 24 de febrero de 1946, ganando en todas las provincias menos en Corrientes. Al asumir el poder, el Peronismo tenía tres objetivos: la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, orientados por un Estado  dirigente y planificador.
La Justicia Social hacía necesaria la redistribución del ingreso y el PBI en favor de las clases obreras; el objetivo era mejorar la calidad de vida y lograr que el mercado interno consumiera la producción industrial nacional. Los convenios salariales y el aumento del empleo, mediante la instalación de fábricas estatales, fueron acompañados con la mejora en los servicios públicos que brindaba el Estado: viviendas (por créditos hipotecarios o construcción de viviendas populares), salud (hospitales modelo y aparición de las obras sociales) y educación.
La Independencia Económica se convirtió en el principal objetivo de Perón: el Estado intervendría en la Economía y llevaría a cabo una nueva fase de Sustitución de Importaciones basada en la reactivación del mercado interno y la nacionalización y estatización de empresas. La Industria debía ser el motor de la Economía nacional.
La Soberanía Política, se relacionaba con la defensa nacional. Perón promovía los principios de la "Tercera Posición", entre el capitalismo y el socialismo, mediante la cual se daba a entender que en la naciente Guerra Fría la Argentina no se alinearía de forma automática ni con Estados Unidos ni con la Unión Soviética. 


sábado, 5 de julio de 2014

PERÓN Y EL GOLPE DE 1943

El 4 de junio de 1943, Perón participó en la Revolución militar que terminó un proceso de fraude y corrupción política, iniciado con el golpe militar de 1930, que había desplazado del poder al Presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, perteneciente al partido Unión Cívica Radical. Perón tenía el grado de Coronel y formaba parte de un grupo de oficiales organizados en una especie de logia denominada GOU (Grupo Oficiales Unidos) que sostenía un pensamiento nacionalista y de recuperación ética.

En el gobierno militar, Perón comenzó ocupando cargos menores. En octubre de 1943, solicitó desempeñarse en el Departamento Nacional del Trabajo, un modesto organismo dedicado a los asuntos laborales y sindicales. El joven coronel inició, desde este lugar, su contacto con la clase trabajadora argentina, adentrándose en sus problemas y necesidades. Convirtió al modesto organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión, amplió sus facultades y asumió su nueva titularidad el 10 de diciembre de 1943. 

Desde allí impulsó la organización de los trabajadores en sindicatos, transmitiéndole al movimiento obrero una visión reivindicatoria y nacional del trabajo y promovió una legislación protectora inspirada en los principios de justicia social, difundidos, entre otras fuentes, por las Encíclicas papales. 

Por su desempeño en la Secretaría de Trabajo y Previsión comenzó a crecer la popularidad de Perón en la clase trabajadora, lo cual despertó desconfianza en muchos de los mandos del Ejército, que mantenían una concepción conservadora y elitista de la sociedad argentina. A tal punto llegó esta situación que, pese a estar desempeñando en 1945 los cargos de Vicepresidente y Ministro de Guerra del Gobierno Militar, el Coronel Perón fue obligado a renunciar a todas sus funciones el 10 de octubre de ese año. El día 13 fue llevado detenido a la Isla Martín García (situada en el Río de La Plata, frente a la ciudad de Buenos Aires). 

Una vez conocida por los trabajadores la noticia de la detención de Perón, se declaró una huelga general espontánea en todo el país. Contingentes obreros comenzaron a marchar hacia la Casa de Gobierno, en la ciudad de Buenos Aires, cubriendo la Plaza de Mayo con una multitud que reclamaba su libertad. 

Fue el 17 de octubre de 1945. Al anochecer de ese día y ante la presión popular, Perón fue puesto en libertad y convocado por los propios gobernantes militares a hablar a la multitud para calmarla. Perón así lo hizo, pidió su retiro del Ejército y convertido en ex-militar se lanzó a la vida política. Tenía 50 años de edad. 

Ese mismo mes de octubre contrajo matrimonio con Eva Perón. El gobierno militar, debilitado por los acontecimientos, convocó a elecciones presidenciales para el 24 de febrero de 1946. Perón, con apenas cuatro meses de tiempo, presentó su candidatura con la fórmula Perón-Quijano y organizó sus bases políticas de apoyo que fueron los trabajadores, sectores independientes y desprendimientos progresistas de los partidos tradicionales como la Unión Cívica Radical, el Partido Conservador y el Partido Socialista. 

Su adversario fue un frente político denominado "Unión Democrática", conformado por los sectores más conservadores de la sociedad en alianza con la izquierda internacionalista, como el Partido Comunista, y apoyado abiertamente por el embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, señor Spruille Braden. La disyuntiva fue "Braden o Perón". 

domingo, 29 de junio de 2014

PROCLAMA DE URIBURU

El Golpe de Estado de 1930.

Proclama del General José Félix Uriburu

¡Al pueblo de la Capital! Respondiendo al clamor del pueblo y con el patriótico apoyo del ejército y de la Armada, hemos asumido el Gobierno de la Nación. Exponentes de orden y educados en el respeto de las leyes y de las Instituciones, hemos asistido atónitos al proceso de desquiciamiento que ha sufrido el país en los últimos años.

Hemos aguardado serenamente con la esperanza de una reacción salvadora, pero ante la angustiosa realidad que presenta al país al borde del caos y de la ruina, asumimos ante él la responsabilidad de evitar su derrumbe definitivo. La inercia y la corrupción administrativa, la ausencia de justicia, la anarquía universitaria, la improvisación y el despilfarro en materia económica y financiera, el favoritismo deprimente como sistema burocrático, la politiquería como tarea primordial de gobierno, la acción destructora y denigrante en el Ejército y en la Armada, el descrédito internacional logrado por la jactancia en el desprecio  por las leyes y por las actitudes y las expresiones reveladoras de una incultura agresiva, la exaltación de los subalternos, el abuso, el atropello, el fraude, el latrocinio y el crimen, son apenas un pálido reflejo de lo que ha tenido que soportar el país.

Al apelar a la fuerza para libertar a la nación de este régimen ominoso, lo hacemos inspirados en un alto y generoso ideal. Los hechos, por otra parte, demostrarán que no nos guía otro propósito que el bien de la Nación. La participación en el gobierno de eminentes ciudadanos cuya colaboración hemos requerido atendiendo exclusivamente a sus méritos y virtudes evidencia en primer término  que las fuerzas armadas, con el apoyo moral de la masa de la opinión, después de haber liberado a la Nación de la ignominia, ocupan de nuevo su lugar sin ambiciones de predominio.

Debe entenderse, sin embargo, bien claramente que, para asegurar el orden y la normalidad, el gobierno provisorio procederá con prudencia pero con una inquebrantable energía, porque el país ha sufrido demasiado para que el sacrificio sea estéril. Ajeno en absoluto a todo sentimiento de encono o de venganza, tratará el gobierno provisorio de respetar todas las libertades, pero reprimirá sin contemplación cualquier intento que tenga por fin estimular, insinuar o incitar a la regresión. La medida de la libertad queda, pues, librada al espíritu patriótico de los ciudadanos y al buen sentido de los habitantes del país. No nos anima ni nos mueve ningún interés político, no hemos contraído compromisos con partidos o tendencias.
Estamos por lo tanto colocados en un plano superior y por encima de toda finalidad subalterna y dispuestos a trabajar con todos los hombres de buena voluntad que aspiren al engrandecimiento de la patria. Tenemos fundadas razones para admitir que el desengaño de los que se han dejado tentar con promesas de dádivas personales (que ha sido la forma de corromper las conciencias para obtener sanciones plebiscitarias) es definitivo. El gobierno provisorio, inspirado en el bien público y evidenciando los patrióticos sentimientos que lo animan, proclama su respeto a la Constitución y a las leyes fundamentales vigentes y su anhelo de volver cuanto antes a la normalidad, ofreciendo a la opinión pública las garantías absolutas, a fin de que a la brevedad posible pueda la Nación, en comicios libres, elegir sus nuevos y legítimos representantes.

Además los miembros del gobierno provisorio contraen ante el país el compromiso de honor de no presentar ni aceptar el auspicio de su candidatura a la presidencia de la República. Será también aspiración del gobierno provisorio devolver la tranquilidad a la sociedad argentina, hondamente perturbada por la política de odios, favoritismos y exclusiones, fomentada tenazmente por el régimen depuesto, de modo que en las próximas contiendas electorales predomine el elevado espíritu de concordia y de respeto por las ideas del adversario que son tradicionales a la cultura y a la hidalguía argentinas.

El gobierno provisorio interpreta el sentimiento unánime de la masa de opinión que le acompaña al agradecer en esta emergencia a la prensa seria del país el servicio que ha prestado a la causa de la República, al mantener latente por una propaganda patriótica y bien inspirada, el espíritu cívico de la Nación y provocar la reacción popular contra los desmanes de sus gobernantes. Confía que con el mismo acierto, sabrá interpretar en el futuro el papel esencial que le deparen los acontecimientos, a fin de encauzar hacia los mismos elevados objetivos los esfuerzos cívicos de la opinión nacional. La indispensable disolución del actual Parlamento obedece a razones demasiado notorias para que sea necesario explicarlas. La acción de una mayoría sumisa y servil ha esterilizado la labor del Congreso y ha rebajado la dignidad de esa elevada representación pública. Las voces de la oposición que se han alzado en defensa de los principios de orden y de altivez en una y otra Cámara han sido impotentes para levantar a la mayoría de su postración moral y para devolver al cuerpo de que formaban parte el decoro y el respeto definitivamente perdidos ante la opinión.

Invocamos, pues, en esta hora solemne, el nombre de la Patria y  la memoria de los próceres que impusieron a las futuras generaciones el sagrado deber de engrandecerla; y en alto la bandera, hacemos un llamado a todos los corazones argentinos, para que nos ayuden a cumplir este mandato con honor.

Buenos Aires, 6 de Septiembre de 1930 Teniente General José F. Uriburu, Comandante en Jefe del Ejército y Presidente del Gobierno provisorio.

ACTIVIDADES:

1) Seleccionen oraciones que permiten caracterizar la ideología de Uriburu y de los sectores golpistas como “nacionalista”, “autoritaria”, “conservadora” y “elitista” y argumenten su seleccion
2) Adopten el punto de vista de un simpatizante del gobierno de Yrigoyen y redacten un texto expositivo/argumentativo crítico de la proclama golpista.


domingo, 8 de junio de 2014

PACTO ROCA RUNCIMAN

TRATADO ROCA-RUNCIMAN (1933)
Contenido de este documento: Ley 11.693 (225), Convención y Protocolo sobre inter- cambio comercial con gran Bretaña e Irlanda del Norte, firmados en Londres el IV de mayo de 1933 (B.O. 8/VIII/933). 

LEY 11.693 

Art. 1° - Apruébase la convención y el protocolo sobre intercambio comercial, subscrip- to el 1° de mayo de 1933 por el Excmo. Señor Vicepresidente de la Nación, doctor Julio A. Roca, con el gobierno de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. 

Art. 2° - Comuníquese, etc. Sanción: 28 de julio de 1933. Promulgación: 31 de julio 1933. 

CONVENCIÓN 

Convención y protocolo, firmado en Londres el 1° de mayo de 1933, entre el gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y el gobierno de la República Argentina. 

El gobierno del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y el gobierno de la República Argentina, reafirmando su común propósito de mantener y perfeccionar el tratado de amistad, comercio y navegación firmado en Buenos Aires, el 2 de febrero de 1825, y, considerando que, para acrecentar y facilitar el intercambio comercial entre la República Argentina por una parte y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte por la otra, es convincente completar dicho tratado de 1825 con algunas disposiciones adicionales concernientes a las relaciones comerciales entre ambos países, y deseando concertar una convención con ese objeto, han convenido lo siguiente. 

Art. 1° - 1. El gobierno del Reino Unido, reconociendo plenamente la importancia de la industria de la carne vacuna enfriada “chilled beef” en la vida económica de la Repúbli- ca Argentina, no impondrá ninguna restricción a las importaciones en el Reino Unido de carne vacuna enfriada procedente de la Argentina, en cualquier trimestre del año, que reduzca las importaciones a una cantidad inferior a la importada en el trimestre correspondiente del año terminado el 30 de junio de 1932, a menos y tan sólo, cuando a juicio del gobierno del Reino Unido, después de haber consultado al gobierno Argentino e intercambiado con éste toda información pertinente, ello fuera necesario para asegurar un nivel remunerativo de precios del mercado del Reino Unido; tal restricción no será mantenida si resultara que las importaciones así excluidas fueran reemplazadas por aumentos de las importaciones en el Reino Unido de otras clases de carnes (siempre que no se trate de embarques experimentales de carne vacuna enfriada de otras partes de la Comunidad Británica de Naciones) que vinieran a neutralizar el efecto deseado sobre los precios. 

2.- Si debido a circunstancias imprevistas, el gobierno del Reino Unido considera nece- sario que las importaciones de carne vacuna enfriada de la Argentina en el Reino Unido sean reducidas en cualquier año, en un volumen mayor del 10% por debajo de la canti- dad importada en el año terminado el 30 de junio de 1932, consultará con el gobierno Argentino y con los gobiernos de los otros principales países exportadores (con inclu- sión de los que forman parte de la Comunidad Británicas de Naciones), con el objeto de convenir la reducción en las importaciones de carne vacuna enfriada y congelada de todos los países productores. El gobierno del Reino Unido no reducirá las importaciones de carne vacuna enfriada de la Argentina en un monto mayor del 10% por debajo de esa cantidad importada en el año terminado el 30 de junio de 1932, a menos que las importaciones de carne vacuna enfriada (excluidos los razonables embarques de carácter experimental), o de carne congelada en el Reino Unido procedentes de todos los países exportadores de carne que forman parte de la Comunidad Británica de Naciones, sean reducidas también en un porcentaje igual al porcentaje de reducción de la carne vacuna enfriada argentina por debajo del 90% de la cantidad importada en el trimestre correspondiente del año terminado el 30 de junio de 1932. el gobierno del Reino Unido se compromete a no imponer ninguna restricción a las importaciones en el Reino Unido de carne vacuna u ovina congelada mayor que las especificadas en la planilla H del convenio celebrado ente el gobierno del Reino Unido y el gobierno de la Confederación Australiana, el 20 de agosto de 1932, a menos que sean restringidas las importaciones de tales carnes procedentes de los países que forman parte de la Comunidad Británica de Naciones; y en esta eventualidad se dará a la carne argentina un tratamiento justo y equitativo y se tendrán en cuenta todas las circunstancias pertinentes. 

Art. 2° - 1. Siempre que en la República Argentina, funcione un sistema de control de cambios las condiciones bajo las cuales se efectuará en cualquier año, la disponibilidad de divisas extranjeras serán tales que para satisfacer la demanda para remesas corrientes de la Argentina al Reino Unido se destine la suma total de cambio en libras esterlinas proveniente de la venta de productos argentinos en el Reino Unido, después de deducir una suma razonable anual para el pago del servicio de la deuda pública externa argentina (nacional, provincial y municipal) pagadera en países que no sean en el Reino. 

2.- Previa la reserva anterior para el servicio de las deudas públicas externas, el orden en el cambio en libras esterlinas así disponible será distribuido entre las diversas categorías de solicitantes de remesas al Reino Unido, será resuelta mediante acuerdo entre el gobierno Argentino y el gobierno del Reino Unido. 

3.- Del cambio en libras esterlinas que quedase disponible de acuerdo con las disposi- ciones del párrafo 1) anterior, para las remesas de la Argentina al Reino Unido durante el año 1933, se apartará el equivalente en libras esterlinas de $ 12.000.000 m/n, con el fin de realizar pagos en efectivo hasta un importe a fijarse entre el gobierno del Reino Unido y el gobierno Argentino con respecto a cada uno de los casos de saldos en pesos que, hasta el primero de mayo de 1933, estuvieran esperando cambio en libras esterlinas para ser remitidos al Reino Unido. 

4.- El gobierno Argentino ofrecerá emitir bonos en libras esterlinas en cambio de los saldos en pesos que hubiesen quedado al 1° de mayo de 1933, a la espera de cambio en libras esterlinas para ser remitidos al Reino Unido, después de haberse agotado, los 12.000.000 m/n, a que se refiere el parágrafo precedente. Estos bonos serán emitidos a la par, a un plazo de 20 años, comenzando su amortización a los 5 años de su emisión y devengarán un interés del 4% anual. El tipo de conversión y demás condiciones de los bonos serán convenidos entre el gobierno Argentino y será una comisión de representantes de los tenedores de los saldos en cuestión. 

5.- El gobierno Argentino se compromete a que en ningún caso las solicitudes de cam- bio para remesas al Reino Unido, ya sea con respecto a los saldos en pesos o a las transacciones correspondientes, serán tratadas menos favorablemente que las solicitudes similares de cambio para remitir a cualquier otro país. 

6.- El gobierno del Reino Unido cooperará en la medida que le sea posible con el gobierno Argentino a fin conseguir que la cantidad de cambio en libras esterlinas obtenido en la Argentina por la exportación de productos argentinos al Reino Unidos corresponda lo más exactamente que sea posible con el valor obtenido por tales productos en el mercado del Reino Unido, teniéndose debidamente en cuenta las deducciones necesarias en concepto de fieles, seguros, etc. 

Art. 3°.- 1. Entre las partes contratantes se concluirá tan pronto como sea posible, un convenio suplementario que será considerado como parte integrante y esencial de esta convención, que tendrá disposiciones relativas a los derechos y otros gravámenes similares, así como las regulaciones cuantitativas a ser aplicadas a las mercaderías del Reino Unido en la República Argentina y las similares a ser aplicadas a las mercaderías argentinas en el Reino Unido. 

2.- Si tal convenio suplementario no se hubiera realizado antes del 1° de agosto de 1933, cualquiera de las partes contratantes puede, a pesar de las disposiciones del art. 6°, dar por terminada esta convención en cualquier tiempo posterior con previo aviso de un mes. 

Art. 4° - 1. Ninguna disposición de la presente convención afectará los derechos y obligaciones emergentes del tratado de amistad, comercio y navegación firmado en Buenos Aires el 2 de febrero de 1825. 

Art. 5° - 1. Las parte contratantes convienen en que cualquier divergencia que pueda surgir entre ellas relacionadas con la interpretación o aplicación de la presente convención, será sometida a pedido de una de las partes a la Corte Permanente de Justicia Internacional, a menos que en cualquier caso particular las partes contratantes convengan someter la divergencia a otro tribunal o resolverla por otro procedimiento. 

Art. 6° - 1. La presente convención deberá ser ratificada. Las ratificaciones deberán ser canjeadas en Londres, tan pronto como sea posible. Entrará en vigor en la fecha del canje de las ratificaciones. Quedará en vigencia durante tres años, a partir de la fecha en que entre en vigor y continuará en vigencia a no ser que cualquiera de las partes contra- tantes diese aviso a la otra por vía diplomática de la terminación de la convención. En este caso la convención se prorrogará por el término de seis meses, a partir de la fecha en que se hubiere dado aviso de su terminación. En testimonio de lo cual los infrascriptos debidamente autorizados al efecto, han firmado la presente convención y estampado en ella sus sellos. Dada en Londres en 1° de mayo de 1933, en duplicado, en inglés y español, siendo ambos textos igualmente auténticos. 

PROTOCOLO 

En el acto de firmar esta convención, en el día de la fecha, relativa al intercambio comercial entre el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Argentina los plenipotenciarios infrascriptos debidamente autorizados a este efecto por sus respectivos gobiernos, declaran: 

1.- Que el Gobierno Argentino, valorando los beneficios de la colaboración del capital británico en las empresas de servicios públicos y otras ya sean nacionales, municipales o privadas, que funcionan en la República Argentina, consecuente en ello con su tradicional política de amistad se propone dispensar a tales empresas dentro de la órbita de su acción constitucional, un tratamiento benévolo que tienda a asegurar el mayor desarrollo económico del país y la debida y legítima protección de los intereses ligados a tales empresas. 

2.- Que el Gobierno del Reino Unido está dispuesto a cooperar con el Gobierno Argentino para una conjunta investigación de la estructura económica y financiera y del funcionamiento del comercio de carnes, con especial referencia a los medios a adoptarse para asegurar un razonable beneficio a los ganaderos. 

3.- Que en caso de que el Gobierno Argentino, o los ganaderos argentinos, bajo la acción de una ley especial, tuvieran la propiedad, control o administración de empresas que no persigan primordialmente fines de beneficio privado, sino una mejor regulación del comercio con el propósito de asegurar un razonable beneficio al ganadero, el Gobierno del Reino Unido estará dispuesto a permitir a importadores a importar carne proveniente de tales empresas hasta el 15% de la cantidad total importada de la Argentina al Reino Unido (tal porcentaje debe incluir las importaciones actualmente permitidas al Frigorífico Gualeguaychú y del Frigorífico Municipal de Buenos Aires) sobreentendiéndose que dichos embarques serán colocados eficientemente en el mercado por las vías normales, teniendo en cuenta la necesidad de la coordinación del comercio en el Reino Unido, y toda autorización concedida por el Gobierno del Reino Unido bajo las disposiciones del presente párrafo será acordada en tal inteligencia. 

4.- Que el Gobierno del Reino Unido comunicará periódicamente al Gobierno Argenti- no el detalle de todos los permisos acordados, referentes a la importación de carne de la Argentina. 

5.- Que el Gobierno del Reino Unido se compromete a no restringir las importaciones en el Reino Unido de menudencias comestibles de la Argentina, a no ser que el volumen de tales menudencias de sus procedencias sobrepase la relación normal con otras carnes importadas de la Argentina. 

6.- Que es intención del Gobierno Argentino: 

a) Mantener libres de derechos el carbón y todas las otras mercaderías que actualmen- te se importan en la Argentina libres de derechos; 

b) Con respecto a las mercaderías en que una proporción considerable de las importaciones en la Argentina, provenga del Reino Unido y respecto de las cuales se le han sometido las proposiciones propuestas correspondientes de reducción de derechos aduaneros volver en general a las tasas y aforos de tales mercaderías en vigencia en 1930, hasta donde lo permitan las necesidades fiscales y el interés de las industrias nacionales; y además en los casos pertinentes, efectuar modificaciones en la clasificaciones respecto a las cuales el Gobierno del Reino Unido ha hecho proposiciones; 

c) Entablar conversaciones con el Gobierno del Reino Unido a objeto de considerar los medios para mantener la actual situación del carbón del Reino Unido en el mercado argentino. 

7.- Que el Gobierno Argentino se compromete en lo que respecta a las mercaderías a que se refiere el párrafo 6 anterior, a no imponer, mientras esté pendiente la conclusión del acuerdo suplementario, ningún nuevo derecho, ni aumenta los existentes, ya sea por aumentos de tasas o por aumento de aforos, o por aumento en la sobretasa temporaria del 10%, o por aplicación de la sobretasa a mercaderías a las cuales no se la aplica actualmente, o por cualquier otro medio. 

8.- Que el propósito del Gobierno del Reino Unido; 

a) No imponer nuevos derechos o aumento de derechos a la carne, bacon, jamones, trigo, lino, maíz y extracto de quebracho importado de la Argentina en el Reino Unido. 

b) No establecer limitaciones cuantitativas sobre las importaciones en el Reino Unido de trigo, maíz, lino, afrecho y afrechillo, rebacillo, lana en bruto “premier jus”, sebo sin refinar, cerda, tripas y extracto de quebracho; 

c) En el caso de establecerse regulaciones cuantitativas sobre mercaderías no mencionadas en el inciso b) anterior, se dará un tratamiento equitativo a aquellas mercaderías importadas de la Argentina en el Reino Unido. 

9.- Que el Gobierno del Reino Unido se compromete, mientras esté pendiente la conclu- sión del acuerdo suplementario a no imponer o aplicar nuevos derechos de la clase a que se refiere el inciso a) del párrafo 8 anterior.

10.- Que el Gobierno Argentino designará una comisión especial a cuyas deliberaciones serán invitados a tomar parte representantes del Gobierno del Reino Unido, con el objeto de explicar y discutir el punto de vista de su gobierno. Esta comisión examinará las proposiciones hechas por el Gobierno del Reino Unido a que se refiere el párrafo 6 ante- rior, y preparará el acuerdo suplementario a que se refiere el art. 3° de la convención a fin de que pueda ser completada antes del 1° de agosto de 1933.

11.- El conjunto de dicha convención, incluyendo los párrafos precedentes de este pro- tocolo, entrará en vigor provisionalmente desde la fecha de su firma, con excepción de las disposiciones del párrafo 4 del art. 2° de la convención relativo a la emisión de estos bonos no es necesario que se efectúe hasta que se realice el acuerdo suplementario a que hace referencia el art. 3°.

Dado en Londres, el 1 de mayo de 1933 en duplicado en inglés y español –Julio A. Ro- ca – W. Runciman.

Sanción: 28 de julio de 1933. Promulgación: 31 de julio de 1933.

GOLPE DE 1930

Procalama de Uriburu, redactada por Leopoldo Lugones.

"El Ejército y la Armada de la Patria, respondiendo al calor unánime del pueblo de la Nación y a los propósitos perentorios que nos impone el deber de argentinos en esta hora solemne para el destino del país, han resuelto levantar su bandera para intimar a los hombres que han  traicionado en el gobierno la confianza del pueblo y de la República el abandono inmediato de los cargos, que ya no ejercen para el bien común, sino para el logro de sus apetitos personales. Les notificamos categóricamente que ya no cuentan con el apoyo de las fuerzas armadas, cuyo objetivo primordial es defender el decoro personal, que ellos han comprometido, y que no habrá en nuestras filas un solo hombre que se levante frente a sus camaradas para defender una causa que se ha convertido en vergüenza de la Nación. Les notificamos también que no toleraremos que por maniobras y comunicaciones de última hora pretendan salvar a un gobierno repudiado por la opinión pública, ni mantener en el poder los residuos del conglomerado político que está estrangulando a la República".

Actividades:

a)¿Cuáles son los objetivos de la Proclama? 
b)¿Qué papel o rol se adjudican los golpistas? 

ISI, MODELO ECONÓMICO

EL MODELO  DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (1930 – 1952)

La crisis económica mundial desorganizó el sistema económico argentino, basado en la exportación de productos agropecuarios. La crisis y la posterior guerra mundial debilitaron los vínculos de dependencia permitiendo a los grupos dominantes una mayor autonomía en la toma de decisiones.
La nueva organización del mercado mundial estuvo marcada por una situación desfavorable para los productos primarios, por la disminución de las inversiones internacionales y la implantación de barreras proteccionistas en los países centrales.
Este proceso de cambios impactó en la economía nacional e impulsó  modificaciones profundas que provocaron el fin del modelo agroexportador y dan lugar a un modelo de “sustitución de importaciones”.
Luego de la crisis se diferencian dos etapas en la estructuración del poder. La primera es conocida como “la década infame” y comienza con el golpe de estado de 1930 hasta el golpe de 1943. La segunda etapa esta signada por el desarrollo del peronismo.
La crisis de 1930 abrió en Argentina un proceso de expansión y desarrollo industrial basado en la sustitución de importaciones. Este proceso no alteró la estructura social argentina, por el contrario, la oligarquía terrateniente, núcleo del sector dominante, se adaptó a las nuevas condiciones y lideró la nueva organización. A diferencia de los procesos de desarrollo europeos, en nuestro país, no se originó un grupo industrial autónomo y enfrentado con el sector terrateniente sino que surgió dentro de éste último.
La respuesta a la crisis mundial por parte de la oligarquía consistió en recuperar el poder político desplazando al radicalismo yrigoyenista que había alcanzado el poder desde la cración de la ley Saenz Peña, por medio de un golpe de estado. La acción de la oligarquía se caracterizó por una activa intervención del estado con el objetivo de salvar el sistema económico en su totalidad.
Como respuesta a un mercado externo que había disminuido sus demandas de productos primarios (con la consiguiente disminución de sus precios internacionales que provocó un deterioro en los intercambios comerciales con los países centrales) el Estado adoptó la política de regular la producción y comercialización de productos agropecuarios mediante la Junta Nacional de Granos y Carnes.
 Su función consistía  en limitar la producción con el fin de sostener los precios de estos productos disminuyendo su oferta en el mercado. El Estado logró, de esta manera, asegurar la renta agraria para los grandes terratenientes arruinando a pequeños hacendados acentuando el proceso de concentración de las tierras.
El problema más grave fue el peso que adquirió el pago de la deuda externa lo cual obligó superar la falta de divisas. Con esta finalidad se procedió a limitar las importaciones; se cerró la caja de conversión, se impusieron controles de cambio y se creó el Banco Central. Este nuevo período estuvo fuertemente influido por la intervención directa del Estado en la economía.
La alianza estratégica entre argentina y Gran Bretaña que había caracterizado al modelo agroexportador se vio perjudicada en esta etapa por barreras proteccionistas, impuestas por esta última, que otorgaban  preferencia a sus dominios para la importación de carnes. El Estado firmó el Pacto Roca- Runciman para obtener la asignación de una cuota en el mercado de carnes inglés a cambio de un trato preferencial de la inversiones inglesas en Argentina que colocó a la Argentina en una situación de semi-colonia.
Este tratado limitaba los beneficios al sector más importante de productores ganaderos, los invernadores (dueños de grandes extensiones donde engordan al ganado), directamente relacionados con los frigoríficos. Los criadores establecidos en las zonas marginales quedaron subordinados a los invernadores. La conducción del Estado, a partir de 1930 quedó subordinada a los invernadores, vinculados al capital financiero internacional radicado en el país. 
El pacto Roca- Runciman fue el primer paso para recuperar el mercado perdido con la crisis mundial. La persistencia de la crisis los impulsó a buscar una alternativa que se ajustara mejor a la nueva situación. La alternativa más conveniente fue el desarrollo de la actividad productiva orientada al mercado interno. Se elaboró un plan de protección y estímulo a la industria local llamado plan de Reactivación industrial, conocido como plan Pinedo, en 1940.
Se estableció un severo control de algunas importaciones tendiente a equilibrar la balanza de pagos y se estimuló el crédito industrial en los proyectos estatales. Sin embargo, la industria tenía un modesto campo de acción y sus capitales se encontraban estrechamente vinculados a los sectores agropecuarios y con los capitales extranjeros. Esto explica los beneficios que obtuvo el grupo dominante estimulando la expansión de ese sector y explica también el desinterés por un crecimiento industrial más amplio.
La industrialización se limitó a abastecer el mercado interno alcanzando un intenso incremento de la producción sobre la capacidad industrial ya existente, y una rápida acumulación de capital gracias al poder del grupo dominante para reducir al mínimo los ingresos del sector obrero. La resistencia del sector obrero se vio limitada tanto por la recesión y el desempleo como por la debilidad de la organización sindical.
Sin embargo, la industrialización aceleró el proceso de migraciones internas que, empujadas por la crisis del sector agrícola, engrosaron la población del Gran Buenos Aires y se incorporaron al sector obrero. Esta situación modificó lentamente el equilibrio logrado por el grupo dominante. La acción sindical de los trabajadores se orientó hacia la obtención de mejores salarios y condiciones de trabajo. La ola de huelgas entre 1939/1942 fue el elemento que movilizó los cambios de la estructura de poder en la etapa siguiente.

La etapa 1943-1952

A partir de 1943 se produce en Argentina una experiencia política conocida como nacionalismo popular. Su rasgo más notable frente a otras experiencias latinoamericanas fue que surge cuando las posibilidades del proceso de sustitución de importaciones ya habían encontrado su límite. El proceso de sustitución de importaciones se acelera a partir de 1940 por causa de la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo industrial que hasta entonces se había limitado a industrias ya instaladas adquirió un nuevo mercado por la guerra: repuestos, metalurgia, etc. Por otra parte, la coyuntura provocada por la guerra creó una nueva demanda de productos agropecuarios, junto al alza de sus precios, produciendo el ingreso de gran cantidad de divisas y saldos comerciales favorables que convirtieron a la Argentina en acreedora de los países centrales.
Del golpe de 1943 surge un grupo militar partidario de una industrialización de base que asegurase la independencia económica de la nación, llevando el proceso de industrialización más allá de los límites impuestos hasta entonces por el sector oligárquico. En torno a este grupo se aglutinó un sector de industriales autónomos de la antigua fracción terrateniente y el sector obrero.
El movimiento peronista se presentó como una alianza entre los sectores más nuevos y pujantes de la burguesía industrial y la clase obrera, organizada y amparada por el Estado. Este ofició de árbitro entre las tensiones que se generaban en el desarrollo de ambos grupos. Sin embargo, nunca intentó afectar el interés, ni el fundamento del poder de los grandes terratenientes: las tierras.
Una parte de las políticas básicas del peronismo fue la distribución de los ingresos con el fin de ampliar el mercado interno impulsando la industria de los bienes durables. La mayor demanda de productos de consumo orientó a volcar los esfuerzos económicos hacia ese tipo de industrias abandonando el proyecto industrializador, de base en la industria pesada, del ejército. Este tipo de política económica sólo era sostenible en tanto y en cuanto fueran compatibles las variables de acumulación y la redistribución de los ingresos.
El proyecto industrial por sustitución de importaciones que correspondió a la década del treinta y que fue retomado por el peronismo, tendía a beneficiar a las industrias de consumo que se beneficiaban con medidas de protección y estímulo. En un principio fue la industria textil que era fácil de desarrollar, pues se poseían las materias primas e incorporaba a una gran cantidad de mano de obra. La Segunda Guerra mundial extendió la ampliación de las ramas industriales que abastecían al mercado interno. Este proceso concentró el interés del Estado y paralizó los intentos de desarrollo de las inversiones en la producción de bienes de capital.
La nueva orientación del proceso de sustitución de importaciones creó una estructura de coexistencia entre grandes empresas de tipo semimonopólicas con alta concentración y una gran cantidad de pequeñas empresas. La expansión de esta segunda etapa estuvo signada por la utilización intensiva de la capacidad instalada, siendo escasa las inversiones en mejoras tecnológicas generando una dependencia de su subsistencia asociada a la protección estatal. El resultado fue un estancamiento del desarrollo industrial a partir de 1947.
La sustitución de importaciones, al no modificar profundamente las estructuras de producción argentinas, pronto alcanzó sus límites. Esta situación derivó pronto en una mayor dependencia con el exterior de donde  provenían los insumos industriales necesarios para abastecer a las industrias productoras de bienes de consumo. La agricultura y la ganadería fueron incapaces de producir las divisas necesarias para adquirir estos bienes de capital.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

ACTIVIDADES:

1) Describí el contexto mundial en el que se desarrolla este período desde 1930 hasta 1952?
2) ¿Qué estrategia utiliza el sector terrateniente para recuperar el control político del Estado?
3) ¿Por qué se diferencias dos etapas dentro del proceso de conformación del modelo de sustitución de importaciones?
4) ¿Cómo evoluciona la conformación del grupo dominante en las fases de este modelo?
5) ¿Cómo evoluciona el rol del Estado en estas etapas?
6) ¿En qué aspectos repercuten las migraciones internas sobre la organización del movimiento obrero?
7) ¿Cuáles son los límites de las dos etapas de este modelo?
8) Realizá un cuadro comparativo donde se expresen las diferencias entre las dos etapas del modelo de sustitución de importaciones. Oganizálo de acuerdo a las siguientes categorías: Contexto internacional- Grupos dominantes – Rol del Estado - situación de la clase trabajadora – actividades económicas-
9) Anailizá el cuadro de la segunda fase del modelo y explicá que sucede con la balanza comercial en este período.