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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos del nivel medio. Aquí encontrarán programas, contenidos y actividades de la asignatura Historia y Geografía. También podrán acceder a distintos recursos, diarios, películas, videos, textos, música y otros que contextualizan los temas desarrollados en clase.

Prof. Federico Cantó

viernes, 28 de marzo de 2014

DIRECTORIO SUPREMO DE LAS PROVINCIAS UNIDAS.

El Directorio.

La Asamblea resolvió a fines de enero de 1814 crear un poder ejecutivo unipersonal con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas. El cargo fue ocupado por Gervasio Antonio de Posadas. La situación exterior empeoraba. Mientras trabajaba para armar una flota de guerra, Posadas apuró las operaciones frente a Montevideo. El Directorio declaró a Artigas fuera de la ley y designa a Alvear, el más intransigente de los porteños como jefe del ejército sitiador. Alvear logra entrar en Montevideo en Junio de 1814 y expulsa a los españoles, sin embargo los orientales se oponen al centralismo porteño.

Para algunos era necesario resistir como hasta entonces; para otros era inevitable acudir al auxilio de alguna potencia extranjera. Alvear sostenía que Gran Bretaña debía ser esa potencia. San Martín, en cambio, creía que la solución residía en una audaz operación militar envolvente para aniquilar a los realistas del Perú. 

San Martín logró cierta autonomía para preparar en Cuyo la expedición a Chile y al Perú. Alvear, por su parte, buscó contactos diplomáticos destinados a obtener la ayuda inglesa a cualquier precio. La mayoría de la población y especialmente en las provincias veían en esa maniobra derrotismo y traición. Artigas encabezó la resistencia y las provincias de la Mesopotamia argentina cayeron bajo su influencia política.

En enero de 1815 Alvear sucede a Posadas como Director Supremo. Los pueblos del interior no ocultaban su descontento con Buenos Aires y el 3 de abril de 1815 se rebela el ejército con que Alvear contaba para reprimir la insurrección de los santafesinos apoyados por Artigas. La crisis se precipitó. Alvear renunció, la Asamblea fue disuelta y el mando supremo fue encomendado a Rondeau. 

El retorno de Fernando VII al trono español en 1815 aumentó la incertidumbre de los patriotas. Era visible que el país marchaba hacia la disolución del orden político vigente desde mayo de 1810. A esta crisis interna se agregaba la crisis exterior. La frontera del norte había quedado a cargo de los guerrilleros de Martín Miguel de Güemes y se temía una ofensiva realista definitiva. En Venezuela, Chile y México los movimientos revolucionarios habían sido sofocados por los españoles. La amenaza era grave, y para afrontarla el gobierno convocó a un congreso que debía reunirse en la ciudad de Tucumán.

Ante la convocatoria se definieron las posiciones encontradas. Un grupo de diputados, adictos al gobierno de Buenos Aires, apoyaría un régimen centralista. En tanto que otro, fiel a las ideas de Artigas, propondría un régimen federal. El enfrentamiento enfrentaba a dos concepciones políticas y económicas de país. La riqueza fundamental era, cada vez más, el ganado que se reunía en las grandes estancias por millares de cabezas, y del que se obtenían productos exportables. Buenos Aires recogía a través de su aduana importantes ingresos que contribuían a acentuar las diferencias que la separaban de las demás provincias. Los pueblos del interior adherían al federalismo que proponía la nacionalización de la Aduana y las autonomías provinciales. 

El Congreso no contó con representantes de las provincias litorales, en abierto estado de sublevación. Los que llegaron a Tucumán se constituyeron en Asamblea en marzo de 1816. El 3 de mayo se eligió Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón y el congreso, presionado por San Martín se propuso a decidir la suerte de la nueva nación. El 9 de julio, el congreso declara solemnemente que era “voluntad unánime  e indubitable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados e investirse del alto carácter de nación libre e independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y a toda otra dominación extranjera”. 

Si hubo unanimidad para la declaración de independencia no la hubo, en cambio, respecto a la forma de gobierno que adoptarían las Provincias Unidas. El problema entre Buenos Aires y las provincias del litoral que adherían a la política de Artigas se acentuaba. La situación se agrava aún más con la invasión de la Banda Orienta por los portugueses, promovida desde Buenos Aires, frente a la cual Artigas combatía sólo. La unidad del país peligraba cada vez más.
San Martín había terminado sus preparativos en Cuyo y comenzó su temeraria operación de cruzar la cordillera de los Andes. El 12 de febrero de 1817 cayó sobre el ejército español en Chacabuco y lo derrota. Así comenzó la crisis del poder español en Chile.
Entre Ríos y Santa Fe aceptaron la autoridad de Artigas y desafiaban a Buenos Aires. Frente a las fuerzas del litoral, el Directorio se veía cada vez más débil. Corrientes bajo la autoridad del caudillo artiguista Andresito, Entre Ríos gobernada por Francisco Ramírez y Santa Fe por Estanislao López, formaban un vigoroso bloque con la Banda Oriental, encabezada por Artigas.

En 1819, el congreso nacional, que ahora sesionaba en Buenos Aires, había sancionado una carta constitucional para las Provincias Unidas, inspirada en principios aristocráticos y centralistas. La crisis no se hizo esperar. Las tropas santafesinas y entrerrianas se dirigieron a Buenos Aires en octubre de 1819 y el Directorio no vaciló en solicitar la ayuda de las tropas portuguesas que ocupaban Montevideo. 

Rondeau, sin el apoyo del ejército del Norte enfrentó a las tropas del litoral el 1° de febrero de 1820 en la cañada de Cepeda: su derrota fue definitiva. Los vencedores exigieron la desaparición del poder central, la disolución del Congreso y la plena autonomía de las provincias. Con el tratado de Pilar comienza una nueva etapa: la desunión de las provincias, durante la cual los grupos regionales, grupos económicos y los grupos ideológicos opondrían sus puntos de vista para encontrar una nueva fórmula para la unidad nacional.

Actividad: El Directorio.

1. Identificá las posiciones de San Martín y Alvear frente a la amenaza realista.
2. Nombrá los sucesos externos que complican la situación revolucionaria en las Provincias Unidas.
3. Establecé los acuerdos y diferencias que se producen en el congreso de Tucumán.
4. Justificá la siguiente afirmación: “La política del Directorio llevó a la ruptura de la unidad de las Provincias Unidas.”
 5. Organizá una línea de tiempo política entre 1810-1820.

miércoles, 26 de marzo de 2014

1° Y 2° TRIUNVIRATOS- GOBIERNOS PATRIOS

El Triunvirato.

El Primer Triunvirato fue el órgano ejecutivo que reemplazó a la Junta Grande y gobernó las Provincias Unidas del Río de la Plata entre el 23 de septiembre de 1811 y el 8 de octubre de 1812. Originalmente, estaba formado por Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan José Paso.
Rivadavia apoyaba las ideas morenistas, se advirtió en los artículos de La Gaceta, inspirados o escritos por Monteagudo; en el estímulo a la biblioteca pública; en el desarrollo de la educación popular y también en las medidas políticas del Triunvirato: por una parte, la disolución de la Junta Conservadora, en la que habían quedado agrupados los diputados del interior, y por otra, la supresión de las juntas provinciales que aquella había creado fueron sustituidas por un gobernador designado por el Triunvirato.
Una acción tan definida debía originar reacciones. El cuerpo de Patricios se sublevó y poco después estuvo a punto de estallar una conspiración dirigida por Álzaga. En ambos casos fue inexorable la reacción del Triunvirato, los conspiradores fueron condenados a muerte.
El 24 de septiembre Belgrano detuvo la invasión realista en la batalla de Tucumán: poco antes había izado por primera vez la bandera azul y blanca para diferenciar a los ejércitos patriotas de los que ya consideraba sus enemigos.
También amenazaban los realistas desde Montevideo. Un ejército había llegado desde Buenos Aires para apoderarse del baluarte enemigo y había logrado vencer a sus defensores. Montevideo fue sitiada y los realistas derrotados nuevamente en el cerrito a fines de 1812. Quedaba el peligro de las incursiones ribereñas de la flotilla española, y el Triunvirato decidió crear un cuerpo de granaderos para la vigilancia costera.
La tarea de organizarlo fue encomendada a José de San Martín, militar criollo recién llegado de Londres, después de haber combatido en España contra los franceses, en compañía de Carlos María de Alvear y Matías Zapiola.  A poco de llegar se a habían agrupado en una sociedad secreta, la Logia Lautaro, de influencia latinoamericana y con orientación liberal que tenía como fin la unificación de las luchas de independencia para emancipar a América de los españoles. Los ideales emancipadores coincidían con los de la Sociedad Patriótica que encabezaba Monteagudo y se expresaban en el periódico Mártir o Libre. La Sociedad Patriótica había sido fundada por Manuel Moreno, cuando su hermano Mariano Moreno fue desplazado de la Primera Junta; el objetivo de este grupo era impulsar la idea de independencia.
Territorio de las Provincias Unidas.1813
El 8 de octubre de 1812, los cuerpos militares cuyos jefes respondían a la Logia Lautaro provocaron la caída del gobierno acusándolo de debilidad frente a los problemas exteriores y establecen el Segundo Triunvirato. Ciertamente, el nuevo gobierno vio triunfar a sus fuerzas en la batalla de San Lorenzo y la de Salta. Entre las exigencias de los revolucionarios de octubre estaba la de convocar una Asamblea General Constituyente, y el 31 de enero de 1813 el cuerpo se reunió en el edificio del antiguo Consulado.
Entonces estalló el conflicto entre Buenos Aires y las provincias, al rechazar la Asamblea las credenciales de los diputados de la Banda Oriental, a quienes inspiraba Artigas y sostenían la tesis federalista. Pese a esta situación la Asamblea, sin declararlo explícitamente, afirmó la independencia y soberanía de la nueva nación: suprimió los signos de dependencia política en los documentos públicos y las monedas, consagró la canción de Vicente López y Planes como himno nacional, suprimieron los títulos de nobleza, otorgaron la libertad de vientres a los hijos de esclavos, suprimieron la Inquisición y prohibieron los instrumentos de tortura.
Pero a medida que pasaban los meses la situación ensombrecía. Alvear y sus amigos impulsaban el centralismo porteño despertando la desconfianza de los jefes que surgían en la campaña y el interior. En las fronteras los realistas derrotaban al ejército del Alto Perú comandado por Manuel Belgrano entre octubre y noviembre de 1813.  Ante esta situación la Asamblea resolvió a fines de enero de 1814 crear un poder ejecutivo unipersonal con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas.

Actividad: El triunvirato.

1. Identificá los intereses a los que respondían el primer y segundo triunvirato.
2. Describí como se desarrolla el enfrentamiento con las tropas realistas durante este período.
4. Justificá la siguiente frase: “La Asamblea del año 13 cumple parcialmente con su objetivo”
3. Explicá el motivo que enfrenta a Buenos Aires y el resto de los territorios.


martes, 25 de marzo de 2014

PRIMERA JUNTA Y JUNTA GRANDE

 Gobiernos patrios entre 1810 y 1820.
Fuente: ROMERO, José Luis. Breve historia de la Argentina. Tierra Firme. 1996. Pgs.203

Primera Junta y Junta Grande.

No bien entró en funciones la Junta comprendió que el primero de los problemas  que debía afrontar era el de las relaciones con el resto del Virreinato, y como primera providencia invitó a los cabildos del interior a que enviaran sus diputados.  Montevideo, Asunción, Córdoba y Mendoza se mostraron hostiles a Buenos Aires. Como era seguro que habría resistencia, se dispuso enseguida la organización de dos expediciones militares al Paraguay y el Alto Perú. 
Moreno procuró salir al paso de todas las dificultades con un criterio radical; propuso enérgicas medidas de gobierno, mientras redactaba diariamente los artículos de la Gazeta de Buenos Aires, que fundó la Primera Junta para difundir sus ideas y sus actos orientados hacia una política liberal.
Moreno veía la revolución como un movimiento criollo. Pero Moreno pensaba que el movimiento de los criollos debía canalizarse hacia un orden democrático a través de la educación popular, que permitiría la difusión de las nuevas ideas. Frente a él comenzaron a organizarse las fuerzas conservadoras, para las que el gobierno propio no significaba sino la transferencia de los privilegios de que gozaban los funcionarios y los comerciantes españoles a los funcionarios y hacendados criollos que se enriquecían con la exportación de productos ganaderos.
Los intereses y los problemas se entrecruzaban. Los liberales y los conservadores se enfrentaban por sus opiniones; pero los porteños  y las gentes del interior se enfrentaban por la hegemonía política heredada del Virreinato y las ventajas económicas que proporcionaba el control de la aduana porteña.
La expedición militar enviada al Alto Perú para contener a las fuerzas del Virrey de Lima consiguió sofocar en Córdoba una contrarrevolución y su cabecilla, Liniers, fue fusilado. Pero los sentimientos conservadores predominaban en el interior, de modo que cuando Moreno comprendió la influencia que ejercerían los diputados que comenzaban a llegar a Buenos Aires, se opuso a que se incorporaran a la Junta de Gobierno.
La hostilidad entre los grupo estalló entonces. Saavedra aglutinó a los grupos conservadores y Moreno renunció a su cargo el 18 de diciembre. La expedición enviada al Paraguay fue derrotada, y, al comenzar el año 1811, el optimista entusiasmo de los primeros días comenzó a ceder frente a los peligros que la revolución tenía que enfrentar dentro y fuera de las fronteras.
Tras la renuncia de Moreno, los diputados provincianos se incorporaron a la Junta conformando la Junta Grande. Los morenistas tuvieron que abandonar sus cargos, pero sus adversarios no pudieron  evitar el desprestigio que acarreó al gobierno la derrota de Huaqui, en el alto Perú frente a las tropas realistas, en junio de ese año. La situación hizo crisis al conocerse la noticia en Buenos Aires un mes después. Los morenistas, entonces recuperaron el poder y crearon un poder ejecutivo de tres miembros, el Triunvirato, uno de cuyos secretarios fue Bernardino Rivadavia.

Actividad:
1. Identificá cuales son los problemas y conflictos que se suceden en este período.
2. Diferenciá los dos “partidos” que se enfrenten y a que intereses representan.

3. Describí las medidas de gobierno en este período.

domingo, 23 de marzo de 2014

CAUSAS INTERNAS Y EXTERNAS DE LA EMANCIPACIÓN DEL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA

Causas internas y externas de la emancipación.

El Virreinato del Río de la Plata durante la primera década de 1800 debió hacer frente a situaciones internas y externas que pusieron en tensión a la sociedad colonial e impulsaron un proceso de emancipación.

Al comenzar el siglo XVIII Europa se encontraba agitada por las guerras que enfrentaban a la Francia de Napoleón e Inglaterra. España era un imperio en decadencia que había caído bajo la influencia francesa. En 1805 se produjo la batalla de Trafalgar donde la fuerza naval franco-española fue aplastada por la armada real británica. Esta batalla delimitó las nuevas fronteras de la guerra. Francia se hizo fuerte en el continente europeo, sin embargo, los mares quedaron bajo el absoluto dominio británico. Por su parte, España con su flota destruida, se mostró incapaz de sostener el monopolio comercial con sus colonias. El Virreinato sufría el desabastecimiento de toda clase de productos como consecuencia de las guerras napoleónicas.

Francia, liderada por Napoleón Bonaparte, en 1806 dispuso el bloqueo continental de los puertos a los productos británicos con el objetivo de asfixiar económicamente a Gran Bretaña. Los ingleses, que se encontraban en pleno desarrollo de la revolución industrial se vieron forzados a buscar nuevos mercados donde volcar su producción. Las desabastecidas colonias españolas en Sudamérica, y en especial las del Río de la Plata, fueron vistas por los británicos como un destino alternativo  para expandir su comercio. En este contexto se produjeron las invasiones inglesas al Río de la Plata.

El 24 de junio de 1806, una fuerza de 1500 hombres al mando del general Beresford desembarcó en las costas de Quilmes iniciando la marcha hacia Buenos Aires donde ocupó el fuerte. El Virrey abandonó la ciudad, se dirigió a Córdoba y luego a Montevideo. Beresford con el fin de despertar la simpatía de los porteños decretó el reglamento de libre comercio y la reducción de los impuestos de aduana sobre las exportaciones e importaciones.

Sin embargo, la mayoría de la población no ocultó su hostilidad y organizó la resistencia. El comandante del fuerte de Ensenada, Santiago de Liniers, se trasladó a Montevideo donde organizó un cuerpo de tropas con el que atacó el fuerte de Buenos Aires. El 12 de agosto Beresford presentó su rendición.

Ante la ausencia del Virrey un cabildo abierto reunido el 14 de agosto encomendó el mando militar a Liniers desoyendo las protestas de Sobremonte desde Montevideo. Ante la amenaza de un nuevo ataque británico, Liniers organizó a la población civil en milicias para la defensa de la ciudad. Los nativos de Buenos Aires formaron el cuerpo de Patricios, con los del interior se formó el cuerpo de Arribeños, así fueron formándose los de Húsares, Pardos y Morenos, Catalanes, Gallegos, Andaluces, Cántabros y Montañeses. Todos los vecinos se movilizaron para la defensa, también participaron los esclavos.

Liniers, impuesto por la voluntad popular, dispuso el principio democrático de que los integrantes de cada cuerpo eligieran a sus jefes y oficiales. A comienzos de febrero de 1807 llegaron noticias de que una nueva expedición inglesa había tomado Montevideo. El 10 de ese mes Liniers convocó a una junta de guerra que, en una medida sin precedentes, decidió deponer al Virrey Sobremonte en vista de su fracaso también en Montevideo. El gobierno recayó en la Audiencia de Buenos Aires.

El 28 de junio de 1807 el general británico Whitelocke desembarcó en la Ensenada de Barragán con una fuerza de 10.000 hombres. La ciudad, bajo la dirección del Alcalde Martín de Álzaga, se fortificó. Liniers, organizó las milicias y Buenos Aires resistió la invasión. La lucha fue dura y el 6 de julio Whitelockle pidió la capitulación. Los ingleses debieron abandonar sus posiciones en el Río de la Plata.

 Sin lugar a dudas, las invasiones inglesas de 1806 y 1807 habían puesto en evidencia la debilidad de la metrópoli española para defender sus colonias. La población debió hacerse cargo de la defensa de la capital del Virreinato, Buenos Aires. El éxito obtenido al expulsar al invasor británico sin apoyo de la Metrópoli abonó el terreno para las ideas de cambio que proponía la ilustración impulsadas por el sector criollo. La idea de independencia circulaba en las terturlias, reuniones sociales, a veces de manera oculta, como el caso de la jabonería de Vieytes; en otros casos de manera abierta, como en el caso del Café de Marco.

Mientras tanto en Europa continuaba la guerra. En 1808, el ejército napoleónico decidió invadir Portugal, aliado de Inglaterra, para concretar el bloqueo continental burlado por los portugueses. Francia estableció un pacto con Carlos IV, rey de España, para que sus ejércitos atravesaran el territorio español con el fin de invadir por tierra a Portugal. El pueblo español frente al avance de las tropas napoleónicas se siente traicionado por su rey y se produce una rebelión popular. El pueblo exige que el rey abdique en favor de su hijo Fernando VII.

Frente a esta situación Napoleón interviene dispuesto a apropiarse del trono español. Tomó prisioneros a Carlos y Fernando, y coronó a su hermano José Bonaparte como Rey de España. El pueblo desconoció la autoridad de José Bonaparte y entre tanto formó una Junta Central de Gobierno en la ciudad de Sevilla hasta que Fernando VII regresara al trono.

En 1808, la Junta Central de Sevilla, legitima la autoridad de Santiago de Liniers como Virrey interino. En el Río de la Plata las invasiones inglesas y la situación europea pusieron en  efervescencia a la población.  En 1809 la Junta Central reemplaza a Liniers por Baltasar Hidalgo de Cisneros como Virrey del Río de la Plata. El enfrentamiento entre criollos y el grupo privilegiado formado por los españoles peninsulares se puso de manifiesto entre los partidarios del libre comercio, hacendados criollos principalmente, y los defensores del monopolio comercial, comerciantes peninsulares.

Esta tensión se reflejó en un informe escrito por Mariano Moreno en representación de los hacendados criollos que fue elevado al Virrey Cisneros. En este  escrito Moreno defiende la necesidad de establecer el libre comercio. Mezcladas con estas ideas, otro grupo de criollos comenzaba a agitar ideas de independencia.

Entretanto, siguiendo el ejemplo de la población española, un  movimiento juntista intenta organizarse en el Alto Perú, en 1809, donde las incertidumbres provocadas por la crisis de la monarquía española llevaron a levantamientos en Chuquisaca y La Paz.

En este contexto, el Virreinato del Río de la Plata se vio conmocionado con la noticia de la caída de la Junta Central en enero de 1810. Todo el territorio de la Metrópoli había caído bajo el poder de las tropas napoleónicas. La Junta Central había sido reemplazada por un Consejo de Regencia que no poseía ningún tipo de legitimidad. En  Buenos Aires Cisneros debió convocar a un Cabildo Abierto ante la presión de los grupos criollos.

Los sucesos en España, controlada por Napoleón desde 1808, llevaron a un punto máximo el enfrentamiento entre criollos y peninsulares que terminó derivando en un proceso revolucionario que se consolidó entre mayo de 1810 y  el 9 de julio de 1816, año en que estos territorios americanos se declaran independientes de la metrópoli española.

Actividades:

1) Identificá los conflictos que anteceden al proceso emancipador de mayo de 1810.

2) Analizá los fragmentos de fuentes de la época que se presentan a continuación, contextualizá cada uno de ellos y asociálo a un conflicto identificado.

"....La fermentación en que últimamente se había puesto este pueblo, según manifesté a Vuestra Excelencia en fecha 25 del pasado, promoviéndose ideas sediciosas contra el gobierno de que públicamente se habla en los cafés y tertulias, me puso en la precisión de establecer un juzgado de vigilancia, a cargo del activo y celoso fiscal del crimen de esta real audiencia, don Antonio Caspe, con tan buenos resultados que no sólo se ha logrado cortar aquel pernicioso cáncer, sino que se ha descubierto (cosa no común) el autor de varios anónimos seductivos y diabólicos que se esparcían en esta ciudad y se remitían a las interiores…"

Carta del Virrey Cisneros a Martín Garay, Secretario de la Junta Central de Sevilla, de 3 de Enero de 1810. 

"La casa del señor Vieytes en la calle Venezuela, y la de Nicolás Rodríguez Peña, en la calle de la Piedad, tras de la iglesia de San Miguel, servían frecuentemente de punto de unión a los iniciados en el pensamiento de formar un gobierno independiente de la antigua metrópoli. Se inventaban excursiones al campo y partidas de caza para disfrazar el verdadero intento de este figurado pasatiempo..."

Guido, Tomás, 25 de mayo de 1810. Reseña histórica por el brigadier Tomás Guido. Montevideo, mayo 1856.

"…la importación de mercancías de España es hoy día tan rara como en el rigor de la guerra con la Gran Bretaña, y nuestros productos permanecen tan estancados como entonces por falta de buques que verifiquen su extracción[…]pónganse en movimiento e inmediatamente la continuada circulación[…]llenará la Aduana de los tesoros que en otros tiempos producía[…]en la necesidad de obrar nuestro bien, no nos arrepintamos de que tenga parte en el comercio una nación (Gran Bretaña) a quien debemos tanto, y sin cuyo auxilio sería imposible la mejora que meditamos. Estos son los votos de veinte mil propietarios que represento, y el único medio de establecer con la dignidad propia del carácter de V. E. los principios de nuestra felicidad, y de la reparación del erario. "

Mariano Moreno, Representación de los hacendados. Buenos Aires, septiembre 30 de 1809.


• "(La declaración firmada por el capitán de la fragata dice)... que salió de Gibraltar a 22 de marzo del presente año... que sabe que han entrado refuerzos de tropas francesas en España, pero que ignora su número.
Preguntado si sabe que provincias de España ocupan actualmente los franceses, dijo: que Madrid, Málaga, Sevilla...
Preguntado si sabe que se ha hecho de la Junta Central, dijo: que antes que los franceses entrasen en Sevilla se había transferido a la Isla de León, y que en el día está establecida la regencia, e ignora quienes son sus vocales."

 Joaquín De Soria al Virrey Cisneros, remite las noticias de la Fragata "Juan París" 
[Montevideo, 14 Mayo 1810]


·       “1°- Habrá desde este tiempo cesación de hostilidades en ambas bandas del Río de la Plata.
2° - Las tropas de S.M.B. conservarán durante el tiempo de dos meses, contados desde el día de la fecha, la fortaleza y Plaza de Montevideo, y como país neutral se considerará una línea desde San Carlos al oeste, hasta Pando al este....
3° - Habrá de ambas partes una restitución recíproca de prisioneros...
4°- Que para el más pronto despacho de los buques y tropas de S.M.B. no se pondrá impedimento en los abastos de víveres que se pidan para Montevideo.
5° - Se dará el termino de diez días contados desde la fecha para el reembarco de las tropas de S.M.B. a fin de pasar a la banda del norte del Río de la Plata llevando sus armas los que en la actualidad las tengan.
6° - Que llegado el caso de la entrega de la Plaza y Fuerte de Montevideo... se hará en los términos que se encontró y con la artillería que tenía al tiempo de su toma.
7° - Se entregarán mutuamente tres oficiales de graduación, hasta el cumplimiento de estos artículos por ambas partes.”

Capitulación de Whitelocke. 7 de Julio de 1807.


·       “Vengan pues los invencibles cántabros, los intrépidos catalanes, los valientes asturianos y gallegos, los temibles castellanos, andaluces y aragoneses; en una palabra, todos los que llamándose españoles se han hecho dignos de tan glorioso nombre. Vengan y unidos al esforzado, fiel e inmortal americano, y de los demás habitadores de este suelo, desafiaremos a esas aguerridas huestes enemigas …"

Proclama de Liniers. 6 de septiembre de 1806.

VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA

El Virreinato del Río de la Plata.

La dinastía de los Borbones, que comenzó a reinar en España a partir del siglo XVIII, trató de mejorar la forma de administrar el estado  español  y sus colonias. Con esa finalidad se crearon los virreinatos de Nueva Granada en el norte de América del Sur y del Río de la Plata (1776). En el caso de la creación de este último influyeron la importancia que había adquirido Buenos Aires, convertida en capital del nuevo Virreinato, y la amenaza del avance portugués sobre la margen oriental del Río de la Plata.

La superficie del Virreinato del Río de la Plata era muy extensa, pues abarcaba no solo el actual territorio argentino, sino también los de los actuales Uruguay (banda oriental), Paraguay, Bolivia y parte de Chile (alto Perú) y parte del sur de Brasil. El virreinato estaba dividido en unidades político –administrativas: intendencias y gobernaciones. Estas divisiones fueron la base para el posterior surgimiento, tanto de las provincias argentinas, como de nuestros países limítrofes de habla hispana.


Las ciudades dentro del virreinato poseían una relativa independencia ya que estaban dotadas de gobiernos propios integrados por los vecinos más ilustres. El cabildo era la sede del gobierno municipal de cada ciudad. La justicia era impartida por tribunales llamados audiencias.

La economía del virreinato era variada. La zona del Río de La Plata estaba basada en la producción de ganado, especialmente vacuno y caballar. El cuero de las vacas sustituyo a casi todos los demás materiales escasos, creándose la llamada "cultura del cuero". La zona ocupada por la actual Bolivia, era rica en minerales como la plata, por lo cual se desarrollaron explotaciones a gran escala desde el comienzo de la ocupación española. Las provincias del actual Noroeste argentino se posicionaron como proveedores de insumos de las minas bolivianas. El virreinato poseía un comercio monopólico que solamente le permitía comerciar con España o con otras colonias españolas, concentrándose todo el comercio exterior en manos de unos pocos españoles privilegiados. Ante esa situación surgió un intenso contrabando, el cual no era mal visto por la población sino todo lo contrario.

La sociedad colonial americana se encontraba dividida en grupos con marcadas diferencias, que se distinguían por sus rasgos raciales, el grado de poder político que poseían  y el nivel de su riqueza. Ésta sociedad, al igual que la de España, presentaba una marcada jerarquía. El grupo dominante se llamaba a sí mismo “gente decente”, y el sector más desfavorecido estaba compuesto por los esclavos africanos, entre ambo sectores existían otros grupos.

El grupo dominante se componía con los grandes comerciantes, los propietarios de vastas extensiones de tierras (terratenientes) y los altos funcionarios del gobierno y la Iglesia. Era un grupo cerrado, de gente blanca, cuyas familias se emparentaban mediante casamientos y se distanciaban de los otros grupos inferiores. Dentro de la clase principal existían diferencias entre los españoles nacidos en América, llamados criollos, y los originarios de España, llamados peninsulares. Los peninsulares eran los únicos que podían ocupar los puestos importantes en la administración colonial y controlaban el monopolio comercial.

Los blancos pobres se mezclaban con los mestizos, mezcla de indio y blanco, este grupo estaba compuesto por pequeños propietarios de talleres y chacras, el bajo clero y funcionarios menores. Por debajo de estos grupos se encontraban los indios y mulatos, mezcla de negro y blanco cuyas libertades estaban muy limitadas por leyes y prejuicios sociales. Este sector social se ocupaba de las tareas manuales que los blancos despreciaban. Buenos Aires era una especie de centro distribuidor de esclavos. Desde aquí se los vendía y se los llevaba a los distintos puntos del virreinato. En Buenos Aires a los esclavos negros se los ocupaba sobre todo en las tareas domésticas como sirvientes en las casas de las familias más adineradas.

El Virrey Cevallos fue reemplazado por el mexicano Juan José de Vértiz. Vértiz mandó a hacer el primer censo de la población de Buenos Aires en 1778. La ciudad tenía 24.754 habitantes y la campaña 12.925. El nuevo virrey advirtió que Buenos Aires era una ciudad muy descuidada, mal iluminada y aburrida y decidió transformarla. Creo un sistema de alumbrado público en base a mecheros alimentados a grasa de potro que luego fueron reemplazados por velas de sebo .Los faroles eran mantenidos por los serenos, simpáticos personajes que además anunciaban la hora. Vértiz hizo empedrar las calles. Se ocupó de la provisión del agua. Fundó un teatro de comedias, un hogar para chicos huérfanos (la casa de los Niños Expósitos) donde instaló una moderna imprenta, un hospital para mendigos, el Real Colegio de San Carlos (actual nacional Buenos Aires) organizo la policía y fundo varios pueblos en la provincia de Buenos Aires.

Las diversiones del Buenos Aires de entonces no eran demasiadas. Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. El pato, las riñas de gallo, las cinchadas y las carreras de caballo eran las diversiones de los suburbios orilleros a las que de tanto en tanto concurrían los habitantes del centro. Allí podían escucharse los "cielitos", que eran verdaderos alegatos cantados sobre la situación política y social de la época.


Las damas también gustaban de las corridas de toros pero preferían el teatro, la Opera y las veladas, que eran reuniones literarias y musicales realizadas en las casas. Eran la ocasión ideal para conseguir novio. Una vez a la semana "la parte más sana del vecindario", como definía el cabildo a sus miembros, es decir los propietarios porteños, concurría al teatro para asistir a paquetas veladas de ópera y a disfrutar de las obras de teatro de Lavardén. Desde que la inaugurara el Virrey Vértiz en 1783, la Casa de Comedias, conocida como el Teatro de la Ranchería, se transformó en el centro de la actividad lírica y teatral de Buenos Aires hasta su incendio en 1792. En 1810 pudo reabrirse el Coliseo Provisional de Comedias dando un nuevo impulso al arte dramático.

La creación de los virreinatos, pese a los intentos de reforma de los borbones y a cierta leve mejoría en la administración colonial, no fue suficiente para mantener el control sobre las colonias. La crisis en España proseguía y la duración del Virreinato del Río de la Plata fue corta.

Actividad: El Virreinato del Río de la Plata.

·      1. Sintetizá y organizá la información del texto en un cuadro con las características sociales, políticas y económicas  del Virreinato del Río de la Plata.


VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA (1776-1810)
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
ORGANIZACIÓN SOCIAL
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
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·       ………………………
·       ………………………


1.       2. Justificá la siguiente afirmación: La creación del Virreinato impulsó el desarrollo de la ciudad de Buenos Aires.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Territorio Argentino: PUEBLOS ORIGINARIOS

Territorio Argentino: PUEBLOS ORIGINARIOS.

Sea por sus modos de vivir, pensar, sentir y trabajar, por hablar una lengua distinta o mantener su identidad en la memoria del pasado, hay gente que considera que pertenece a pueblos que vivían en estas tierras antes de la colonización europea. Esto significa ser aborigen, término que deriva del latín: ab (desde) + origen.

Pero aunque la palabra aborigen no necesariamente posee una carga de discriminación como la que tuvo indio o indígena, muchos aborígenes prefieren ser llamados pueblos originarios. La denominación pueblo señala que los aborígenes no son una clase diferente de seres humanos, ni inferiores ni superiores a las personas de otros pueblos, como el pueblo argentino, por ejemplo. Originarios alude a que estos pueblos vivían antes en estas tierras; sus abuelos y los abuelos de sus abuelos nacieron en el mismo territorio que fue conquistado por los europeos, y que ahora forma parte del territorio nacional.

Muchas cosas pasaron desde la conquista de América, y los pueblos originarios participaron de una realidad nueva, que implicó cambios radicales en su vida cotidiana, cultura y organización social. Finalmente, hubo cambios en las identidades. Numerosos descendientes de aquellos pueblos se vieron impulsados durante siglos a ocultar y disimular su condición de aborígenes, ya que ser considerados indios los colocaba habitualmente en situación desigual frente al resto de la sociedad.

Pero actualmente está pasando lo contrario: en muchos lugares del país, hay gente que está recuperando su identidad como pueblo originario, a través de la memoria grupal. Incluso, han resurgido pueblos que se consideraban hasta hace poco "extinguidos" o casi extinguidos, como por ejemplo los ona, los huarpe, o los diaguita.

En lo que hoy es la Argentina, se calcula que vivían alrededor de 500.000 personas, de unos 30 pueblos diferentes, a la llegada de los españoles. Las últimas informaciones indican que en la actualidad hay más de 300.000, quizá 500.000 personas en todo el país pertenecientes a pueblos originarios.

Actualmente la constitución reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos y protege sus derechos según consta en el contenido del Artículo 75, Inciso 17, donde se establece que el Estado debe Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades; y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable ni transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.

Adaptación del texto pueblos originarios, en:  Portal Educar. http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD9/contenidos/recursos/pueblos-originarios/introduccion/index.html

ACTIVIDAD:
Trabajo práctico n° 1: Los pueblos aborígenes del actual territorio argentino.

Consignas: El trabajo es de modalidad grupal (hasta cuatro integrantes)

1) Utilizar internet para ingresar a la página http://pueblosoriginarios.encuentro.gov.ar/flash/
2) Hacer un recorrido de “la raíz” donde encontrarán los pueblos originarios que en la actualidad se encuentran dentro del territorio argentino.
3) Realizá una lista con los nombres de los pueblos.
4) Seleccioná dos pueblos.
5) Analizá los videos y textos donde se describen características de estos pueblos.
6) Organizar en un cuadro las características sociales, políticas y económicas de estos pueblos y su ubicación geográfica dentro del territorio argentino.
7) Redactar un texto breve describiendo la situación actual de los pueblos seleccionados teniendo en cuenta el artículo 75, inciso 17, de la Constitución Nacional.

8) Desarrollá una conclusión donde expreses tu opinión sobre lo que aprendiste de los pueblos originarios.

jueves, 6 de marzo de 2014

Circular de la Primera Junta de Gobierno acerca de los sucesos revolucionarios

Los desgraciados sucesos de la Península han dado más ensanches a la ocupación bélica de los franceses sobre su territorio, hasta aproximarse a las murallas de Cádiz y dejar desconcertado el cuerpo representativo de la soberanía, por falta del Sr. Rey D. Fernando VII: pues que, dispersada de Sevilla, y acusada de malversación de sus deberes por aquel pueblo, pasó en el discurso de su emigración y dispersión a constituir, sin formalidad ni autoridad, una Regencia de la que nadie puede asegurar que sea centro de la unidad nacional y depósito firme del poder del Monarca, sin exponerse a mayores convulsiones que las que cercaban el momento vicioso y arriesgado de su instalación. No es necesario fijar la vista en el término a que puedan haber llegado las desgracias de los pueblos de la Península,
tanto por la fortuna de las armas invasoras cuanto por la falta o incertidumbre de un gobierno legítimo y supremo al que se deben referir y subordinar los demás de la nación que, por la dependencia forzosa que los estrecha al orden y seguridad de la asociación, tienen su tendencia a la felicidad presente, y a la precaución de los funestos efectos de la división de las partes del estado, que temen con razón todo lo que puede oponerse a la mejor suerte en los dominios de América.

El pueblo de Buenos Aires, bien cierto del estado lastimoso de los dominios europeos de S. M. C. el Sr. D. Fernando VII; por lo menos incierto del gobierno legítimo soberano en la representación de la Suprema Junta Central disuelta ya, y más en la Regencia que se dice constituida por aquella, sin facultades, sin sufragios de la América, y sin instrucción de otras formalidades que debían acceder al acto; y sobre todo previendo que no anticipándose las medidas que deben influir en la confianza y opinión pública de los dominios de América, faltaría el principio de un gobierno indudable por su origen, estimó desplegar la energía que siempre ha mostrado para interesar su lealtad, celo y amor por la causa del Rey Fernando, removiendo los obstáculos que la desconfianza, incertidumbre y desunión de opiniones podrían crear en el momento más crítico que amenaza, tomando a la América desapercibida de la base sólida del gobierno que pudiese determinar su suerte en el continente americano
español. Manifestó los deseos más decididos por que los pueblos mismos recobrasen los derechos originarios de representar el poder, autoridad y facultades del Monarca, cuando este falta, cuando este no ha provisto de Regente, y cuando los mismos pueblos de la matriz han calificado de deshonrado al que formaron, procediendo a sustituirle representaciones rivales que disipan los tristes restos de la ocupación enemiga. Tales conatos son íntimamente unidos con los deseos honrosos de su seguridad y felicidad, tanto interna como externa, alejando la anarquía y toda dependencia de poder ilegítimo; cual podía ser sobre ineficaz para los fines  del instituto social, cualquiera que se hubiese levantado en el tumulto y  convulsiones de la Península, después de la dispersión y emigración de los miembros de la Junta Suprema Central. 
Cuando estas discusiones se hacen en sesiones de hombres  desencontrados, son expuestas a las consecuencias de una revolución, y exponen a que quede acéfalo el cuerpo político: pero si se empeñan por el orden y modo regular de los negocios gravísimos, no pueden menos de conducir como por la mano, a la vista del efecto que se desea. Tal ha sido la  conducta del pueblo de Buenos Aires en propender a que examinase si, en el estado de las ocurrencias de la Península, debía subrogarse el mando superior de gobierno de las provincias del virreinato en un Junta Provisional, que asegurase la confianza de los pueblos y velase sobre su conservación contra cualesquier asechanza hasta reunir los votos de todos ellos, en quienes recae la facultad de proveer la representación del Soberano. 

El Exmo. Cabildo de la Capital, con anuencia del Exmo. Señor Virrey, a quien informó de la general agitación, agravada con el designio de retener el poder del gobierno, aun notoriada que fuese la pérdida total de la Península y su gobierno, como expresa la proclama de 18 del corriente, convocó la más sana parte del pueblo en Cabildo general abierto, donde se discutió y votó públicamente el negocio más importante por su fundamento para la tranquilidad, seguridad y felicidad general: resultando de la comparación de sufragios la mayoría con exceso por la subrogación del mando del Exmo. Sr. Virrey en el Exmo. Cabildo, ínterin se ordenaba una Junta Provisional de gobierno, hasta la congregación de la general de las Provincias: voto, que fue acrecentado y aumentado con la aclamación de las tropas y numeroso resto de habitantes. 

Ayer se instaló la Junta en un modo y forma que ha dejado fijada la base fundamental sobre que debe elevarse la obra de la conservación de estos dominios al Sr. D. Fernando VII. Los ejemplares impresos de los adjuntos bandos, y la noticia acreditada en bastante forma, que el Exmo. Cabildo, y aun el Exmo. Sr. Virrey que fue D. Baltazar Hidalgo de Cisneros dan a Vd. no dejan duda a esta Junta de que será mirada por todos los jefes, corporaciones, funcionarios públicos y habitantes de todos los pueblos del virreinato, como centro de la unidad, para formar la barrera inexpugnable de la conservación íntegra de los dominios de América a la dependencia del Sr. D. Fernando VII, o de quien legítimamente le represente. No menos espera que contribuirán los mismos a que, cuanto más antes sea posible, se nombren y vengan a la capital los Diputados que se enuncian para el fin expresado en el mismo acto de instalación: ocupándose con el mayor esfuerzo, en mantener la unión de los pueblos, y en consultar la tranquilidad y seguridad individual; teniendo consideración a que la conducta de Buenos Aires muestra que, sin desorden y sin vulnerar la seguridad, puede obtenerse el medio de consolidar la confianza pública y su mayor felicidad. 

Es de esperar que cimentado este paso, si llega el desgraciado momento, de saberse sin duda alguna la pérdida absoluta de la Península, se halle el distrito del virreinato de Buenos Aires sin los graves embarazos que por la incertidumbre, y falta de legítima representación del Soberano en España a la ocupación de los franceses, la pusieron en desventaja para sacudirse de ellos: puesto que, tanto como el enemigo descubierto invasor, debe temerse y precaverse el que desde lo interior promueve la desunión, proyecta la rivalidad y propende a introducir el conflicto de la suerte política no prevenida. Cuente Vd. con todo lo que penda de los esfuerzos de esta Junta, cuyo desvelo por la conservación del orden y sistema nacional se mostrará por los efectos. Este ha sido el concepto de proponer el pueblo al Exmo. Cabildo la expedición de los hombres para lo interior, con el fin de proporcionar auxilios militares para hacer observar el orden, si se teme que sin él no se harían libre y honradamente las elecciones de Vocales Diputados, conforme a lo prevenido en el artículo X del bando citado, sobre que hace esta Junta los más eficaces encargos por su puntual observancia y 
la del artículo XI. 

Asimismo importa que Vd. quede entendido que los Diputados han de irse incorporando en esta Junta conforme y por el orden de su llegada a la capital, para que así se hagan de la parte de confianza pública que conviene al mejor servicio del Rey y gobierno de los pueblos; imponiéndose, con cuanta anticipación conviene a la formación de la general, de los graves asuntos que tocan al gobierno. Por lo mismo, se habrá de acelerar el envío de Diputados; entendiendo deber ser uno por cada ciudad o villa de las Provincias, considerando que la ambición de los extranjeros puede excitarse a aprovechar la dilación en la reunión, para defraudar a S. M. los legítimos derechos que se trata de preservar. Servirá a todos los pueblos del virreinato de la mayor satisfacción el saber, como se lo asegura la Junta, que todos los Tribunales, Corporaciones, Jefes y Ministros de la capital, sin excepción, han reconocido la Junta y prometido su obediencia para la defensa de los augustos derechos del Rey en estos dominios: por lo cual es tanto más interesante que este ejemplo empeñe los deseos de Vd. para contribuir en estrecha unión a salvar la patria de las convulsiones que la amenazan, si no se prestasen las Provincias a la unión y armonía que debe reinar entre ciudadanos de un mismo origen, dependencia e intereses. A esto se dirigen los conatos de esta Junta; a ello los ruegos del pueblo principal del virreinato, y a lo mismo se le excita, con franqueza de cuantos auxilios y medios pendan de su arbitrio, que serán dispensados prontamente en obsequio del bien y concentración de los pueblos.

 Real Fortaleza de Buenos 
Aires, a 27 de Mayo de 1810. 

Cornelio de Saavedra - Dr. Juan José Castelli - Manuel Belgrano - Miguel 
de Azcuénaga - Dr. Manuel Alberti - Domingo Matheu - Juan Larrea - Dr. 
Juan José Paso, Secretario - Dr. Mariano Moreno, Secretario. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

PRIMERA JUNTA: MEDIDAS DE GOBIERNO

No bien entró en funciones la Junta comprendió que el primero de los problemas  que debía afrontar era el de las relaciones con el resto del Virreinato, y como primera providencia invitó a los cabildos del interior a que enviaran sus diputados.  Montevideo, Asunción, Córdoba y Mendoza se mostraron hostiles a Buenos Aires. Como era seguro que habría resistencia, se dispuso enseguida la organización de dos expediciones militares al Paraguay y el Alto Perú. Moreno procuró salir al paso de todas las dificultades con un criterio radical; propuso enérgicas medidas de gobierno, mientras redactaba diariamente los artículo de la Gazeta de Buenos Aires, que fundó la Primera Junta  para difundir sus ideas y sus actos orientados haca una política liberal.

Moreno veía la revolución como un movimiento criollo. Pero Moreno pensaba que el movimiento de los criollos debía canalizarse hacia un orden democrático a través de la educación popular, que permitiría la difusión de las nuevas ideas. Frente a él comenzaron a organizarse las fuerzas conservadoras, para las que el gobierno propio no significaba sino la transferencia de los privilegios de que gozaban los funcionarios y los comerciantes españoles a los funcionarios y hacendados criollos que se enriquecían con la exportación de productos ganaderos.

Los intereses y los problemas se entrecruzaban. Los liberales y los conservadores se enfrentaban por sus opiniones ; pero los porteños  y las gentes del interior se enfrentaban por la hegemonía política heredada del Virreinato y las ventajas económicas que proporcionaba el control de la aduana porteña.

La expedición militar enviada al Alto Perú para contener a las fuerzas del Virrey de Lima consiguió sofocar en Córdoba una contrarevolución y su cabecilla, Liniers, fue fusilado. Pero los sentimientos conservadores predominaban en el interior, de modo que cuando Moreno comprendió la influencia que ejercerían los diputados que comenzaban a llegar a Buenos Aires, se opuso a que se incorporaran a la Junta de Gobierno.

La hostilidad entre los grupo estalló entonces. Saavedra aglutinó a los grupos conservadores y Moreno renunció a su cargo el 18 de diciembre. La expedición enviada al Paraguay fue derrotada, y, al comenzar el año 1811, el optimista entusiasmo de los primeros días comenzó a ceder frente a los peligros que la revolución tenía que enfrentar dentro y fuera de las fronteras.

Tras la renuncia de Moreno. los diputados provincianos se incorporaron a la Junta conformando la Junta Grande. Los morenistas tuvieron que abandonar sus cargos, pero sus adversarios no pudieron  evitar el desprestigio que acarreó al gobierno la derrota de Huaqui, en junio de ese año. La situación hizo crisis al conocerse la noticia en Buenos Aires un mes después. Los morenistas recuperaron el poder y crearon un poder ejecutivo de tres miembros, el Triunvirato, uno de cuyos secretarios fue Bernardino Rivadavia.